La princesa italiana que estuvo dispuesta a dar su vida por Victoriano, el padre de Paloma Cuevas

A lo largo de su relación con Enrique Ponce, Paloma Cuevas ha querido evitar que las emociones generadas por el amor la lleven a situaciones extremas. Aprendió de parte de su padre, Victoriano Valencia, la responsabilidad que requiere amar a una persona. El emblemático torero pasó por una situación extrema con la madre de la diseñadora y otra amante aristócrata que no soportó su decisión de casarse. Antes de pasar al retiro y dedicarse al padrinazgo de diestros como Ortega Cano o Julio Robles, el patriarca de la familia cargó con mucha culpa.

El histórico torero tenía una relación con la princesa Beatriz de Saboya, pero, al no elegirla para casarse, la italiana le realizó una fuerte advertencia. Estaba perdidamente enamorada de la estrella de las plazas de toros, tanto que sugirió que se lastimaría si él no apostaba a su romance. La historia es una leyenda que apenas se conoció después del franquismo, régimen interesado en que la polémica nunca saliera a la luz. El romance ya era lo suficientemente mediático como para continuar entregando primicias a la prensa. Se los había visto en la noche madrileña, acompañados de Ava Gardner y otros personajes del momento.

Era uno de los toreros más codiciados tanto por su oficio, como también por el gran porvenir que sus estudios en Derecho le estaban dando. Victoriano Valencia era un gran partido para cualquier celebridad, incluso para la heredera de la Casa Real de Italia. Beatriz de Saboya se interesó primero en el Rey Juan Carlos, luego con el marqués de Cubas, pero ninguno la encandiló tanto como el padre de Paloma Cuevas. “Mujer Hoy” precisa que el acercamiento fue captado por la prensa, mientras el diestro construía su leyenda en paralelo. Lograba grandes hazañas en las plazas de toros, tal como la recordada con el “Carpeto de Palha”.

Junto a Luis Miguel Dominguín, el padre de Miguel Bosé, se disputaban el liderazgo del toreo en una rivalidad que los marcó para siempre. Tal como recuerda “El Mundo”, la consagración de Victoriano Valencia vino definitivamente con “Malvaloco” y “Arábica”, pero pronto llegaron los problemas. Como todo diestro, el físico le fue pasando factura y las dolencias en la espalda no le permitieron seguir. Cerraba un capítulo en su vida siendo un exitoso torero y galán, mientras abría otro más dramático. El madrileño se retiró de las plazas y cumplió su promesa con Paloma Díaz, quien lo esperó durante seis años para casarse. No obstante, le rompió el corazón a Beatriz de Saboya, la novia ilusionada con ser su único amor.

La princesa se vio inmersa en una crisis emocional que requirió su internación en el hospital Jiménez Díaz. El padre de Paloma Cuevas le había creado una falsa expectativa, de acuerdo a “Mujer hoy”, por lo que no podía asumir el hecho de quedar relegada de su vida. No obstante, Beatriz de Saboya luego probó suerte con Maurizio Arena, Luis Reyna Corbalán y otros amantes que tampoco remediaron su inestabilidad sentimental. Ninguno era como el torero, el gran amor de su vida, pero él era un hombre de palabra y lo demostró con la madre de su hija. En el prontuario amoroso del diestro, apenas se vio a la hija de los reyes de Italia y a Geraldine Chaplin, de acuerdo a “Libertad Digital”. En el resto, tuvo un comportamiento intachable con Paloma Díaz que lo llevará a las bodas de oro, tras tener a Paloma (la exesposa de Enrique Ponce), Verónica y Victoriano.