Los grandes logros que consiguió Carolina Herrera en 40 años de carrera

Cuando hablamos de Carolina Herrera estamos haciendo referencia a un imperio que ya no solo abarca a la moda, sino a una forma de sentir. Nacida en el seno de una familia acomodada en Caracas, Venezuela, y con muchas fuentes de inspiración alrededor, la diseñadora se probó por primera vez en el rubro a los 14 años. Desde entonces, de algún modo comprendió que no quería dedicarse a otra cosa que no fuera la confección de prendas que vistieran a mujeres para sentirse elegantes.

Carolina Herrera fue una mujer de avanzada en varios aspectos de la vida, pues no solo se animó al desarraigo para probar suerte en la ciudad de la moda estadounidense, sino que se aventuró al divorcio cuando su primera historia de amor dejó de funcionar. En el año 1981 inauguró su primer local de ventas en Nueva York y ahora toda la firma está festejando los cuarenta años de trayectoria ininterrumpida. Un tiempo precioso en el que la creadora no solo ha logrado ser exitosa en términos económicos, sino que ha conseguido constituir sellos personales que solo son adjudicables al estilo que pregona.

Uno de los clásicos de la artista latinoamericana son las camisas blancas, sin lugar a dudas. Esta es una prenda que se encuentra en todas sus colecciones y que ya es parte de su imagen personal, aunque siempre con variantes en los géneros escogidos para su confección. En la misma línea, otro de los artículos que solo le pertenecen a ella y que ahora es un comodín incluso de los guardarropas más austeros son los trajes sastreros que en otras épocas eran exclusivas del vestuario masculino. En su historial de creaciones es posible encontrar varios productos que toman la esencia de las líneas varoniles y son transformadas a elegancia femenina de la más pura.

En este recuento de los sellos de Carolina Herrera tampoco podemos dejar de mencionar las espectaculares mangas abullonadas y las hombreras que, según la diseñadora, buscan afinar el diámetro de la cintura. Las faldas tipo princesa, los pantalones de tiro alto, los tules y las caídas con mucho movimiento son otros elementos muy distintivos de sus composiciones, al igual que la elección de colores estridentes y puros, fundamentalmente en lo que a vestidos respecta.

Pero hay otro ámbito en el que Carolina Herrera se destacó de manera excepcional, además de los perfumes, y que le abrió el panorama a un mercado de lujo que quizás no habría conocido con sus prendas habituales. Estamos haciendo referencia a sus diseños para novias. Caroline Kennedy fue una de las primeras en sentirse cautivada por su encanto y quien se animó a confiar en su arte para llegar al altar. Luego Jessica Simpson y Olivia Palermo también confiaron en la diseñadora para que las vistiera en el día más romántico de sus vidas e incluso Kristen Stewart usó un vestido suyo en la saga de “Crepúsculo”.

Carolina Herrera está de fiesta y eso no solo se debe a que es la firma más exitosa de la escena neoyorkina, sino a que actualmente está presente en más de 140 países y su talento se ha diversificado tanto que también comercializa vestimenta para niños y algunos artículos para el cabello. Todo comenzó como una aventura inspirada en una pasión que la acompañaba desde siempre. La vida la colocó en los momentos y en los lugares perfectos para que las personas indicadas conocieran sus habilidades y es exactamente eso lo que se festeja hoy, la permanencia en el tiempo de un símbolo que parece no estar dispuesto a perecer jamás.