La desconocida fortuna que esconden Pepe Rodríguez y Jordi Cruz, los jurados de “MasterChef”

El reality show de cocina que cuenta con una de las audiencias más fieles de la televisión no sería lo mismo sin ellos tres. “MasterChef” se erige como un prestigioso concurso gracias a las estelares participaciones de Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágara. Es una labor que disfrutan en cada programa, casi tanto como los negocios que llevan adelante fuera de los flashes. El más apuntado por ello fue el director de “Abac”, de gran activo, gracias a la lupa puesta por Ibai Llanos: comió “espectacular” en el restaurante, pero lamentó los 225 euros que debió pagar.

Los chefs que guían los pasos de David Bustamente y Verónica Forqué tienen patrimonios empresariales que van desde los 900.000 hasta el millón de euros. A fuerza del prestigio de las estrellas Michelín que recibieron (con excepción de Samantha), han hecho de sus trabajos una auténtica marca que factura mucho dinero. En el caso de la experta, con una empresa de catering; en tanto sus compañeros hacen lo mismo con sus respectivos restaurantes. A pesar de ello, “El Bohío” (de Pepe Rodríguez) está en peligro. Tienen una pérdida de 34 mil euros que apenas remedió el chef en soledad, puesto que su hermano Diego decidió abandonar el negocio.

Detrás de la elegancia que utilizan para juzgar cada uno de los platos, las figuras de “MasterChef” esconden emprendimientos de catering, restaurantes e imperios empresariales. El jurado que tiene una mejor posición económica es el socio de Josep María González Simó. Según “La Razón”, Jordi Cruz está a cargo de “Abac”, el restaurante “L´Angle SL” y “Vacuum Foodd S.L”, una distribuidora de alimentos. No cuenta con información de la primera, pero el resto de las compañías tienen un gran capital económico para soportar cualquier crisis. Ibai Llanos se refirió a las grandes ganancias que se lleva el experto en gastronomía. Pasó tres horas comiendo los platos más deliciosos que probó en 24 años, hasta que pagó el mayor importe de toda su vida.

El asombro del influencer por gastar 225 euros generó repercusiones de todo tipo. Algunos sentenciaron al chef por los altos precios, y tal como precisa “Marca”, la respuesta del director de “Abac” no demoró en llegar. Le explicó al amigo de Gerard Piqué que este restaurante está pensado para celebraciones, y no tanto para brindar menúes ejecutivos para los barceloneses. “Caro es una forma de hablar”, defendió con cierto descontento. La estrella Michelín obtenida le dio un prestigio semejante que le permite poner sus propias tarifas a los platos de autor. Lo mismo ocurre con Pepe Rodríguez, aunque la facturación de su negocio gastronómico cayó un 50%. Esta crisis se refleja en la dramática baja de empleados.

Pasó de emplear a 120 a tan solo 23 ayudantes entre cocina, limpieza y otras tareas necesarias en “El Bohío”. La pandemia impactó fuertemente en sus cuentas y también en las de su compañera. Samantha Vallejo-Nágera apostó por una empresa de catering el mismo año en que las bodas y fiestas se suspendieron, por lo que “MasterChef” es una verdadera salvación. “La Razón” precisa que los ERTE gubernamentales le sirvieron, pero es distinto a tener un ingreso estable. Pepe Rodríguez lo sabe a la perfección por la baja de la clientela después de 40 años en el oficio. El chef que supo servir a los integrantes de la Casa Real está en la cornisa, a pesar del patrimonio de 1,3 millones de euros que tiene su principal negocio. Según “Vanitatis”, el hermano decidió vender su parte para buscar un “cambio de aires” lejos de la cocina. Afortunadamente le queda su consultora, y también la famosa “Estoy de Rodríguez SL”.