El escandaloso secreto de Daniel Dicenta que Lola Herrera sacó a relucir después de 60 años

Si de actrices icónicas hablamos, Lola Herrera es la principal. En su haber, cuenta con un sinfín de éxitos que la han paseado por todos los personajes y todos los géneros, y ahora también se anima a un estilo de entretenimiento que se le da fantástico y que a los espectadores les encanta: las entrevistas sobre su vida. “Sábado Deluxe” la recibió hace algunas semanas y allí charló largo y tendido con los colaboradores acerca de su trayectoria profesional y de sus experiencias. Luego, ha sido el turno de “Lazos de Sangre” y allí ha viajado un poco más adentro de su intimidad al acceder a dialogar sobre Daniel Dicenta, un hombre que para ella representa un gran amor, pero también una sucesión de recuerdos espantosos.

Cualquiera que conozca la historia completa podría asegurar que lo que hubo entre Lola Herrera y Daniel Dicenta fue un error de principio a fin y, probablemente, no se equivocaría. Se vieron por primera vez en Radio Madrid a finales de la década de 1950, pero comenzaron a conocerse en profundidad después de que ya se habían convertido en matrimonio. Al respecto, la artista fue sincera y manifestó que la primera impresión que le dio el padre de sus hijos no fue nada buena. Cuando eran novios, todo era precioso, pero el cuento de hadas se terminó el mismo día en que pasaron por el altar.

Tal como puede apreciarse en el material adjunto, la oriunda de Valladolid relataba con lujo de detalles que, con el vestido de novia colocado, se miró al espejo y rompió en llanto, como si de un presagio se tratara. “Debió de ser un aviso”, reflexionaba Lola mirando al pasado, intentando comprender que aquellas lágrimas respondían a que una parte de sí sabía que se había embarcado en una experiencia que no le traería nada de felicidad por un motivo más que comprensible: su marido le era infiel con todas las mujeres que podía.

Pero Lola Herrera contó con una posibilidad con la que, probablemente, muchas de sus colegas soñaron o sueñan: cuando el matrimonio se disolvió y pasaron los años necesarios como para poder sanar las heridas, se encontró cara a cara con Daniel Dicenta y le cantó las cuarenta con una contundencia digna de años de ensayo. Lo más insólito de todo es que ese encuentro no se dio entre cuatro paredes, sino antes las cámaras, constituyendo lo que hoy conocemos como el primer reality de España. "Función de noche" era el título de la película y verlo en la actualidad es realmente paradójico y vigorizante, pues allí la intérprete se animó a confesarle a su exmarido que jamás había sentido placer en la intimidad con él; un claro símbolo feminista.

La relación entre Lola Herrera y Daniel Dicenta terminó de un modo que no fue el mejor ni el más justo, pero sí el único con el que ella creía que le sería posible salir adelante. Una noche de Reyes, probablemente agotados ambos de las discusiones, él decidió marcharse y ella no opuso resistencia, sencillamente porque sabía que criar a sus hijos en soledad iba a ser mucho más fácil que lidiar con las angustias que él le provocaba constantemente. El actor se desligó completamente de sus responsabilidades como padre, desapareció, y Lola se encargó de sacar a la familia adelante. “Lo planteó él y a mí me pareció muy bien, me pareció que era lo mejor que me podía pasar porque yo sola podía gobernar la situación”, manifestó la actriz de “Las Viudas” y de ese modo dejó claro que ese fue el momento de su resurgir. A partir de entonces, nada fue fácil, pero al menos comenzó a ser libre.