La polenta puede ser la reina de la mesa si sigues esta receta fácil y económica

Aquí creemos que los platos económicos y fáciles de llevar a cabo son doblemente apetitosos. En Europa, contamos con una gran variedad de comidas cuyos orígenes se remontan a los años de guerra y posguerra, es decir, cuando alimentarse era casi cuestión de azar y aprovechar todo lo que estaba a mano era una obligación. De esas épocas nacieron las preparaciones más emblemáticas y deliciosas y, aunque después se han ido modernizando y perfeccionando, hay algunas que continúan siendo espectaculares en sus versiones más primitivas. Ese es el caso de la polenta, un menú originario del norte de Italia que actualmente se consume en todo el mundo producto de los grandes procesos migratorios que la humanidad ha llevado a cabo.

Ingredientes para 4 personas

250 g de polenta

750 cc de agua

Sal gruesa

1 hoja de laurel

Nata o queso cremoso

Procedimiento

La clave fundamental para que la polenta salga perfecta es respetar las proporciones para evitar que el terminado no quede como una sopa o como un bodoque imposible de consumir. Si en casa no cuentan con balanza, perfectamente podrían tomar la medida con una taza tamaño desayuno, pues ese es el equivalente a 250 cc o 250 g. Una vez que tengamos claras las cantidades, colocaremos el agua a calentar en una cacerola amplia y preferentemente de fondo grueso junto con el laurel y un poco de sal.

Mientras esperamos que el agua rompa hervor, tendremos que medir la sémola, pues debemos tenerla lista y a mano. También una cuchara de madera para mezclar. Cuando el agua comience a hervir, apagaremos la llama y comenzaremos a incorporar la sémola muy suavemente y en forma de lluvia mientras mezclamos para evitar que se formen grumos. Poco a poco, comenzarán a notar que la preparación se pone más espesa y ese es el indicio de que todo va funcionando de maravillas. Cuando terminemos de incorporar el cereal, seguiremos mezclando durante algunos minutos más, agregaremos el queso o la nata y, cuando llegue a la consistencia deseada, la polenta estará lista para servirse.

La receta de polenta que acabamos de detallar es la más clásica y económica de todas, pero admite variantes. Una de las más convencionales es cambiar el agua por leche en su totalidad o al menos una parte y también acompañar esta delicia con una cucharada abundante de salsa boloñesa en cada plato. Ya habrán notado que esta comida es tan calórica que no necesita ser servida con nada más, aunque muy bien le vendría una copa de vino para completar la experiencia. Si quieren seguir explorando más recetas tradicionales, deberían chequear los calamares a la romana, cuyo procedimiento pueden aprender aquí. ¡Buen provecho!