Karlos Arguiñano dio nuevos detalles sobre la dolorosa crisis que atraviesa con su esposa

La pandemia cambió todas las expectativas de quienes trabajaban con el público de una forma presencial. Los hosteleros han sido los que más sufrieron por esto, y más allá de sus apariciones televisivas, Karlos Arguiñano afrontó una crisis en todos los sentidos. A las limitaciones de su restaurante, se sumó la impaciencia de su esposa. Aquella “capitana” que se sobreponía a cualquier obstáculo, incluso trabajando durante su infancia en una pescadería, no es la misma de antes.

El chef de “Cocina Abierta” confesó que su amada “Luisi” apenas sale de su casa, pues está muy afligida por “la pena” de la pandemia. La nueva ola de contagios podría empeorar el día a día del matrimonio, desde ya afectado por este tipo de miedos. El restaurante ubicado en su ciudad natal los une como familia, al igual que los viajes en búsqueda de nuevas aventuras, que por el momento no estaría haciendo. Sin embargo, la esposa del cocinero seguramente aproveche estos momentos para estar más cerca de sus nietos Uxue, Kemen y el resto de la familia.

El mayor drama de Karlos Arguiñano

El presente del hombre que deslumbra a los españoles con sus deliciosos platos es peor de lo imaginado. Detrás del rostro siempre sonriente de Karlos Arguiñano se esconde un gran problema en su vida diaria que es imposible de lidiar. Cada vez que sale de su casa para ir al trabajo, el chef se encuentra con los cuestionamientos de su esposa. Según “Lecturas”, sigue muy atemorizada por la propagación del coronavirus. Por este motivo, la estrella de “Antena 3” dejó de viajar como lo hacía antes. En el pasado podía contar con la ayuda de Luisi, principalmente, en sus constantes visitas a Argentina.

Tal como precisa “El Español”, los hijos del cocinero se quedaban a cargo de la matriarca de la familia. Ella tenía la tarea de administrar el restaurante de su ciudad natal y el resto de los negocios empresariales de la familia. Cuenta con una gran experiencia para ponerse al hombro el trabajo. Trabajaba en la pescadería de su madre y, cuando se hizo mayor de edad, viajó hacia París para estudiar. Era un alma independiente en aquel entonces. Estaba lejos de los fantasmas que trajo la pandemia entre 2020 y este año, aunque psíquica y físicamente se encuentra bien.

Más allá de los problemas señalados, Karlos Arguiñano confirmó que Luisi está en un correcto estado de salud. Según “Lecturas”, no padeció el coronavirus ni tampoco sintió un deterioro de ningún tipo. Es lo más importante tras una pandemia tan marcada por los problemas psicológicos. Lo cierto es que todo tendrá una solución a mediano o largo plazo. La pérdida de dos niños en los primeros años de casados parecía irrecuperable, hasta que se dieron cuenta que llegaron a siete hijos y muchos más nietos. De estar solos a ser una multitud, los abuelos se encuentran ante el reto de acordarse todos los nombres: de Yua a Renen, difícilmente recuerden los creativos nombres que puso una de sus nueras de Tanzania.