La desconocida entrevista de Verónica Forqué que pudo prevenir la causa de su fallecimiento

El mundo del espectáculo aún no puede superar el dolor que quedó por el fallecimiento de Verónica Forqué. La actriz se fue con más pena que gloria, un final completamente inmerecido que varios lamentan no haber anticipado. Puede que las primeras pistas emocionales las haya dado en sus inicios, dando los primeros pasos a la sombra de un padre exigente que la educó entre demasiados miedos. A su vez, se enfrentaba a quienes la criticaban y prejuzgaban por “ser hija de”, sin advertir su gran talento.

La estrella de “Kika” admitió en 1976 que le tenía miedo “a casi todo”, principalmente a las decisiones y alternativas que le presentaba la vida. La idea de estar definida bajo una profesión o rol le aterrorizaba. Parte de estas presiones vinieron de su familia, al ser la heredera de un gran legado, y de no sentirse lo suficientemente atraída por el cine. Puede que la libertad de decisión haya sido su peor fantasma, dado que nunca pudo manejarlo a su favor. En una ocasión, contó que una expareja trató de meterse en su carrera y que lo vivió con mucha angustia, pues pretendía un trato igualitario en todos los ámbitos que frecuentaba.

Los angustiantes inicios de Verónica Forqué

La actriz llegaba al medio siendo la hija de una eminencia como José María Forqué, pero trataba de alejarse de su figura tanto como fuera posible. Remarcaba que eran dos personas “aparte”, completamente distintas en sus objetivos. El padre era alguien decidido, mientras que ella le atemorizaba ser así. Según “ABC”, apenas podía tomar determinaciones inmediatas. El largo plazo no le interesaba e incluso llegó a barajar la chance de ser psicóloga. Confesó que le “jorobaba mucho” ser tildada de oportunista en el medio artístico.

Desde el inicio en “Mi querida señorita”, la legendaria actriz estuvo bajo la lupa por las influencias del padre. Hizo tres películas con él, de acuerdo a “20 minutos”, que atrajeron a Fernando Trueba, Antonio Mercero y su verdadero padrino en el cine español, Pedro Almodóvar. En “¿Qué he hecho yo para merecer esto?” perdió definitivamente los límites de la vergüenza, se transformó en una “chica Almodóvar” y el papel en “Kika” fue posteriormente diseñado a su medida. Justamente, Verónica Forqué anticipaba en 1976 que era una joven rebelde que buscaba vencer a la hipocresía del mundo artístico. Su truco infalible era la risa, la misma que llevó hasta sus últimos destellos en “MasterChef Celebrity”.

Me gusta reírme de lo que hago.

En el final de la entrevista, la prometedora actriz reconocía que disfrutaba el cine más de lo que admitía. Cada papel que aceptaba debía disfrutarlo y divertirle. No funcionaba bajo presión de aquellas personas que la mandaban a hacer lo que no deseaba. Verónica Forqué únicamente admitía que le preocupaba no solucionar su vida, teniendo tantos miedos y “egoísmo” frente a los otros, según “ABC”. Nunca fue conocida por tener muchos romances, sino por ser más solitaria. Aborrecía la poca comprensión de los hombres con las mujeres, de acuerdo a “El Periódico”, por lo que los amigos siempre fueron su única esperanza. Atravesó periodos de depresión una vez que asumió el estrellato, luego parecieron olvidados, hasta que todos repararon tardíamente que era la misma muchacha con miedo de sus inicios.