Ramiro Oliveros se desarma y desvela cómo está transitando la Navidad sin Concha Márquez Piquer

La navidad y la llegada del nuevo año siempre nos empujan a revisar todo aquello que hicimos, lo que quedó pendiente y todo lo que haremos o no podremos hacer hacia adelante y, para bien o para mal, eso implica un enorme movimiento de emociones que no siempre son agradables. Este es un proceso casi natural o mágico, porque incluso aquellos que no disfrutan las fiestas también lo hacen y ese es el caso de Ramiro Oliveros, el gran amor de la vida de Concha Márquez Piquer y quien se está enfrentando a sus primeras fiestas sin la compañía de su esposa.

Concha Márquez Piquer partió el 18 de octubre del corriente año y, desde entonces, todos somos más conscientes de cuán fuerte era la conexión que tenía con Ramiro Oliveros. Era imposible no sucumbir a la congoja al ver las imágenes del tanatorio, cuando él la despedía tratando de comprender cómo haría para seguir solo el tiempo que le quede sobre la tierra y, aparentemente, ese es un interrogante que todavía no ha podido resolver. El 31 de diciembre la pareja cumpliría 40 años de relación y ella hubiese llegado a los 76 años de vida, pero nada de eso sucederá.

Ramiro Oliveros siempre ha sido muy reticente a dialogar con la prensa, pero una reportera del portal “La Razón” lo ha conseguido. Todavía es demasiado pronto como para imaginar en su rostro una sonrisa y sus declaraciones prueban que no nos equivocamos en ese sentido. “Estoy más o menos bien, bueno, por lo menos tranquilo. No queda más remedio que asumir la realidad”, confesaba el viudo de la cantante con un tono de resignación realmente angustiante, como quien está tan dolido por la pérdida que ni siquiera es capaz de darle batalla al dolor. Y por si quedaba alguna duda, luego expresó sin rodeos que no está de ánimo para celebraciones.

A Concha Márquez Piquer y a Ramiro Oliveros no les gustaban las fiestas de fin de año, de hecho, en la entrevista a la que estamos haciendo referencia, él manifestó que todavía hoy no le gustan y cree que muchos festejan por obligación y no genuinamente. Por esa razón, la pareja solía organizar viajes al extranjero desde los días previos a la nochebuena y regresaban a mediados de enero, como para que las fiestas no los encontraran en su zona de confort y se vieran empujados a celebrar por la norma social. Sin embargo, este año ese plan no será posible y el madrileño ha contado que estará con su hija Iris, quien representa su principal apoyo en esa penosa circunstancia.

La periodista que logró el encuentro con Ramiro Oliveros lo animó a escribir sus memorias del mismo modo en que antes lo hizo Concha Márquez Piquer y, aunque el artista aseguró contar ya con algunos escritos, luego expresó que ahora mismo no tiene ganas de comprometerse con esa labor, pero no descarta hacerlo en el futuro. Si comparamos al Ramiro de octubre con éste, es posible encontrar algunas señales de mejoría en su estado de ánimo, pero todavía le queda mucho camino por recorrer. Solo han pasado dos meses desde la partida de su esposa y es lógico que esté hundido. Su único interés parece estar en la tranquilidad y en la reflexión, quizás porque de ese modo siente que extraña menos a esa mujer que le hizo conocer el amor verdadero.