La frase con la que se hace evidente lo que Pancho Varona realmente piensa de Joaquín Sabina

Justo al lado de todo gran artista, existe otro que le hace de soporte, aunque en la mayoría de los casos el nombre del segundo pase sin pena ni gloria para los fanáticos del primero. El caso de Joaquín Sabina no es la excepción a la regla, aunque su soporte sí cuenta con todo el reconocimiento que merece: Pancho Varona, su amigo incondicional, ese con el que ha compartido los buenos y malos momentos de la profesión, y también de la vida.

39 años son los que Pancho Varona lleva acompañando a Joaquín Sabina, una cantidad de tiempo más que suficiente como para que las flaquezas y grandezas de ambos salieran a la luz. A propósito de esa cercanía es que un reportero del portal “El Cordillerano” se ha puesto en contacto con el compositor, con el objeto de preguntarle por la última vez que vio a su colega en un contexto laboral: el concierto que dieron el 12 de febrero de 2020, en el que Joaquín sufrió un accidente.

Varona manifestó que recuerda aquel espectáculo como una mezcla de sensaciones encontradas, pues todos los elementos de contexto estaban dados para que esa fuera una noche inolvidable en el buen sentido. Era el final de una gira con Joan Manuel Serrat y también el cumpleaños del oriundo de Úbeda, nada podía salir mal, pero sucedió. De un momento a otro y producto de un tropiezo, la gran estrella de la noche se cayó en el medio del escenario y tanto el público como sus colegas temieron lo peor.

Sin embargo, aquella situación angustiante, sirvió para que Pancho tomara consciencia de la fortaleza de Joaquín Sabina. “Tuvo un par de lesiones, pero, como él dice, tiene una mala salud de hierro, y se recuperó. La última vez que le vi, estaba estupendamente, mejor que yo. Joaquín, al final, nos enterrará a todos; él seguirá cayéndose de los escenarios, pero vivo, mientras que nosotros nos habremos muerto hace tiempo”, decía entre risas el madrileño, aunque muy cerca de tener razón.

La fortaleza de Joaquín Sabina será suficiente como para superar todos los obstáculos imprevistos que se le presenten y hasta será él quien asista a los funerales de todos sus colegas, eso es lo que Pancho Varona piensa de su amigo. Pese a que no sea precisamente Joaquín quien más atienda su salud ni se dedique a cuidarse, su temperamento y espíritu joven lo hacen ver como el más longevo de su clase y eso, a los 72 años y después de todo lo que ha vivido, no es poca cosa.