Los entretelones del histórico encuentro entre José José, Juan Gabriel y Rocío Dúrcal

Colocar a José José, a Juan Gabriel y a Rocío Dúrcal en la misma oración solo puede ser para hacer referencia a cosas buenas, tal como sucedía cuando su arte se presentaba en aquella mítica plataforma mexicana que nadie podrá olvidar jamás. Los dos primeros eran mexicanos, con lo cual es comprensible que fuesen aclamados en sus países de origen, pero Rocío era madrileña, una de esas que fue acogida en el extranjero como en su propia casa, motivo por el que le costó bastante regresar a su tierra natal.

“El Patio” era el recinto en el que era normal escuchar a artistas de la talla de Rocío Dúrcal, o incluso a Raphael. El lugar está ubicado en Atenas número 9, en la colonia Juárez de la Ciudad de México, a muy poca distancia de la Secretaría de la Gobernación, es decir, en un punto neurálgico de la metrópolis. Hoy, la estructura del edificio sigue en pie, aunque nada de lo que ocurría adentro continúa pasando, ni siquiera con nuevos artistas ni propuestas musicales renovadas.

El esplendor de “El Patio” solamente está vivo en el recuerdo de aquellos que contaron con la fortuna de poder asistir, y lo decimos así porque ser parte del selecto grupo de personas que podían pagar la entrada era un auténtico lujo. El lugar era el gran ícono de la vida nocturna mexicana, uno de los primeros en ofrecer show con servicio de comida y al que asistían con mucha frecuencia las principales figuras del ambiente artístico de la época, como, por ejemplo, Frida Kahlo y Diego Rivera. Por lo tanto, no sorprende que la madre de Shaila Dúrcal también fuese parte de la plantilla de artistas que allí brindaban su espectáculo.

El lugar fue inaugurado en octubre del año 1938 y cerró sus puertas definitivamente en 1994, quizás producto de alguna crisis económica que los administradores no pudieron solventar, o porque ya había cumplido su círculo de esplendor y ya nadie lo miraba con los mismos ojos que cuando Juan Gabriel o Rocío Dúrcal estaban anunciados en su marquesina, pues esas eran veladas en las que el barrio en el que “El Patio” está emplazado, definitivamente no dormía. En la actualidad, la construcción ha sido avasallada por la destrucción propia del paso del tiempo, los grafitis y el abandono.

Por supuesto, al recinto solo se entraba vestido de etiqueta y había un estricto protocolo de seguridad a las afueras, pues verdaderamente era ese el punto de encuentro de las estrellas de la época, en una década en la que la proliferación de artistas era espectacular. Es imposible contar la cantidad de veces que Rocío Dúrcal mostró su talento allí, pero sí hay registros sobre quién fue el último en cantar en ese escenario, justo antes de que se cerrara para siempre: José José. “El príncipe de la canción” fue quien tuvo el poder de finalizar la etapa, aunque no sabemos si lo hizo a consciencia o no. La música y el arte en general luego se trasladó a otros sitios de reunión, pero ninguno contó con la atmósfera que tenía “El Patio”.