La Reina Letizia y sus costumbres invernales que nadie entiende

No importa que la Reina Letizia haya sido coronada como la mujer más elegante de España en 2021, destronando a la mismísima Sara Carbonero, ni todos los aciertos que pueda acumular en materia estilística, siempre habrá quienes tengan algo que criticar. Esta vez sus detractores encontraron un detalle que sin duda es bastante cierto, pero nadie había reparado demasiado en el asunto.

Según las pesquisas de "Mujer Hoy", hay quienes alegan que la Reina Letizia no se abriga lo suficiente en invierno. Sí, eso mismo. Parece huir de la ropa invernal, y por muy bajas que sean las temperaturas, siempre apostará por tacones altos, vestidos, o pantalones que dejen sus tobillos al aire. ¿Qué es lo que hay detrás de esta tendencia poco apta para friolentas?

Porque no es para menos, la hemos visto llevar al descubierto sus brazos tonificados, las piernas al aire y sus tacones altísimos no parecen incomodarla. Sin embargo, lo que no se logra ver es que según los expertos en estilismos, la Soberana sí que se abriga siempre, y es en los pocos minutos en los que se la aprecia en exteriores que aparece sin pesadas indumentarias, amén de las medias térmicas que simulan piel y otros trucos infalibles.

Además, es lógico creer que en los sitios a los que acude, tienen ambientes internos climatizados, situación que le permite a la Reina Letizia, en términos de comodidad y practicidad deshacerse de los abrigos para atender el compromiso que debe llevar adelante, sin preocuparse demasiado por evitar que sus tapados se caigan al piso o que los abrigos limiten un poco sus movimientos.

Lo hemos visto antes y la verdad es que que debe resultarle incómodo a la Monarca saludar a los presentes, ya sea con un ligero toque de puñitos o con un apretón de manos mientras se intenta mantener una chaqueta sobre los hombros.

Es por ello que aunque visiblemente no lo parezca, la Reina Letizia tiene la escena totalmente dominada. Por supuesto no podríamos negar que algo de vanidad existe entre cada una de sus elecciones. ¿Quién no quisiera presumir los brazos de la Soberana si los tuviera? Mientras a ella le acomode como parece ser el caso, pues no habrá problema alguno y lucirá sus extremidades tanto como le sea posible.