La Infanta Elena y la Infanta Cristina: lo único que les queda después de tantos ensayos y errores

Los reyes Felipe y Letizia pueden presumir de contar con cada cada vez mayor reconocimiento por parte de distintos sectores de la población, que reconocen su trabajo arduo y sostenido como representantes de la Casa Real, ya habido una mayor apreciación de la que se pudo registrar en años anteriores. Mientras esto ocurre desde la cara más visible de este núcleo, la sombra que rodea a la Infanta Elena y la Infanta Cristina está muy lejos de desaparecer.

La controversia ha alcanzado a las hermanas en los últimos meses. Debido a su divorcio con Iñaki Urdangarin, este año la Infanta Cristina no celebró sus bodas de plata este pasado 4 de octubre. En días pasados, la Infanta Elena pasó a estelarizar primeras planas cuando impuso a una reportera darle tratamiento de "Doña" junto con su nombre, cuestión que cayó bastante pesado en el ánimo de la población y amén de los desparpajos de sus hijos Victoria Federica y Froilán, en los que siempre se la responsabiliza cada vez que se meten en problemas o se comportan de forma inadecuada.

Una de las circunstancias más tristes es la que vive actualmente la Infanta Cristina. Según lo difundido por el diario El Español, estos 25 años de matrimonio se iban a celebrar por partida doble, tomando en cuenta que Iñaki había alcanzado la libertad condicional y comenzaría pronto su nueva vida familiar en Ginebra. Entre sus planes estaba celebrar una gran fiesta que reuniera a sus familias y a los amigos más cercanos a la pareja, cuando a principios de este 2022, la traición del vasco hizo que saltara todo por los aires. Varios meses después de todo aquello, la hija menor de los reyes eméritos intenta recomponer las piezas rotas de su vida y avanzar hacia una nueva dinámica de vida en solitario que ella nunca pidió vivir.

Por supuesto, a la Duquesa de Lugo no le ha ido mucho mejor, aunque su situación familiar es mucho más llevadera. La Infanta Elena tiene una vida sentimental al parecer inexistente y para más inri, quedó en evidencia su pésimo trato con Jaime de Marichalar, cuando ambos coincidieron en el cumpleaños de la Princesa Ira de Furstemberg, celebrado en el Palacio de Lira. La frialdad entre ambos fue tal, que terminó por incomodar a varios testigos presenciales. A esto hay que añadirle lo fatal que lleva la sobreexposición de su hija Victoria Federica y el estancamiento de la "Operación Retorno" que traería a su padre de vuelta a España.

En todo caso, lo único a favor que tanto la Infanta Elena como la Infanta Cristina tienen es su relación de apoyo mutuo. Se tienen la una a la otra y aunque nunca lo hayan dicho abiertamente, el ejemplo de la Reina Sofia y la Princesa Irene les sirve como un gran referente sobre la importancia de permanecer unidas. Todo puede fallar a su alrededor, pero si logran atravesar los peores momentos juntas, podrán vencer las dificultades y levantar nuevamente la cabeza.