En el testamento de Rocío Jurado figura como heredera universal su hija, Rocío Carrasco. Ella se quedó con parte de la fortuna, varios inmuebles, los enseres y los derechos de las obras artísticas de su madre. En el presente, 16 años después del fallecimiento de la cantante, la mujer de Fidel Albiac vende la última propiedad que quedaba en sus manos. Así lo confirma la revista Semana, que hará un especial sobre este lugar.

Se trata del inmueble que más dolores de cabeza le dio a la hija de Rocío Jurado: la mansión “Montealto”, ubicada en la exclusiva urbanización La Moraleja, en Madrid. Rocío Carrasco tuvo que rebajar el precio en seis oportunidades para poder oficializar la venta. De hecho, en 2017 intentaron subastarla sin resultados.

A pesar de ser el lugar donde su madre pasó los mejores momentos de su vida y donde albergó grandes lujos, se encontraría muy deteriorado y con chispazos de abandono parcial. Se convirtió en una casa inhóspita y que trae dolorosos recuerdos a toda la familia.

Los recuerdos de Montealto

En esta otrora casa familiar vivió Rocío Jurado hasta su fallecimiento. La adquirió en la década de los ochenta. Muchos inquilinos pasaron por ella: Pedro Carrasco, José Ortega Cano, Rocío Carrasco, José Fernando y Gloria Camila. Allí fue donde presentó a sus hijos adoptivos, también celebraron numerosos cumpleaños y era un sitio muy apreciado por la prensa.

En este espacio fue donde Rocío Jurado convocó a los periodistas para anunciar que sufría cáncer de páncreas. Al parecer, el último deseo de la artista era que se vendiera. Y así fue.