La eterna duda que perseguirá al Rey Juan Carlos sobre el capítulo de su vida que dejó "huellas"

Eran los años 90, el grupo terrorista ETA estaba en su mayor apogeo delictivo, era un riesgo para el Rey Juan Carlos desplazarse sin protección ni logística para resguardarlo, pero cuál rebelde se escapaba con cierta frecuencia, más de lo que sus guardaespaldas hubieran deseado pero ante la tentación de sus encuentros furtivos con distintas mujeres, no había fuerza estatal ni de seguridad que pudiera contra sus deseos más instintivos.

Es así como las andanzas del Emérito casi lo convierten en leyenda viva, pues hay quien asegure que no solo estuvo en relación con unas 5 mil mujeres, sino que la posibilidad de  varias de ellas de haber concebido en cuarenta años de reinado al menos un puñado de hijos ilegítimos, siempre tuvo un alto porcentaje aunque nadie pudiera probarlo hasta ahora. Ni siquiera esto ocurrió con Albert Solà, el hombre catalán quien durante años peleó por demostrar su descendencia real y falleció esta semana en circunstancias que no pueden explicarse con simpleza sin caer en sospechas.

Con su desaparición física, también se evapora la posibilidad de que su vínculo con el Rey Juan Carlos se pueda demostrar. El hombre de 66 años siempre contó a quien quisiera escucharle la misma historia: el exsoberano dejó a su madre embarazada a los 18 años y el CNI sabía de su existencia e incluso lo llamaban "el principito", porque si lo hubieran reconocido habría sido Rey. Adoptado por una familia de Sant Climent de Peralta, supo desde siempre que su padre biológico era el que decía ser tras la confirmación del director de la maternidad donde nació en 1982 y la de un juez en 2001. Sin embargo la justicia le negó en 2015 la posibilidad de probarlo, pero pudo contar su versión de la historia en un libro autobiográfico. Probar quien era fue su lucha de vida y que sin embargo nunca pudo concretar.

Además también existe otro notable caso, el de Ingrid Sartiau, una mujer nacida en Bélgica que actualmente se confesó sumamente dolida por el repentino deceso de su "hermano". Luego de que su madre le confesara que ella había sido el fruto de una relación extramarital entre ella y el Rey Juan Carlos, Ingrid intentó llevar a cabo varios trámites de reconocimiento en 2015 pero nunca obtuvo respuesta por parte de Cada Real. Cuando el Emérito regresó a España en mayo de este año, está "hija ilegítima" permaneció 12 horas frente al palacio real con la expectativa de que el Rey Felipe la recibiera, cuestión que nunca sucedió.

Y aunque el desaparecido camarero y la experta joyera en diamantes fueron por supuesto las más mediatizadas, la periodista Pilar Eyre se ha atrevido a hablar de un tercero que quizás nació con un poco más de suerte, al tratarse de un "famoso aristócrata español" pero que a diferencia de los otros dos posible vástagos del Rey Juan Carlos, nunca ha consignado prueba alguna, pues no parece interesado en que su historia se conozca y pretende que las cosas se mantengan en el pasado, como considera siempre debieron estar.