Lolita Flores carga con muchas cruces y sabemos cuál es la más pesada para su corazón

Hace apenas unas horas, Lolita Flores anunció que se va de gira por Miami y que compartirá escenario con su hermana Rosario, el próximo 10 de diciembre. Si bien su vida está marcada por la herencia familiar, su tono contundente al hablar más las angustias naturales de su edad, desvelan ese porte tan auténtico que siempre la ha mantenido en un lugar de honor dentro de la crónica social española. 

Pero en el corazón de la primogénita de Lola Flores hay cierta amargura cuando se trata de repasar su carrera artística en su tan querida tierra, a la que se ha entregado con la misma pasión que su madre, pero confiesa que lo que ha recibido en España no se compara con el barullo que le viene desde afuera. Podríamos decir que con Lolita Flores aplica al 100% el dicho popular de que “nadie es profeta en su tierra”. 

He sido yo la que ha dejado de cantar por decisión propia, aquí en España. Canto en América, quizá porque allí se saben todos mis temas. Aquí no. 

Esta sentencia justifica por qué se marcha a USA para despedir el año, es en América en donde al grito de “¡Ay! Pena Penita Pena” todos bailan y entonan sus canciones sin ninguna vergüenza o censura, como ella asoma en su entrevista con el medio La Razón. 

Que la gente pueda hacer con su arte lo que le dé la gana. La libertad crece en uno y acaba en uno. 

Con esta demoledora reflexión, Lolita Flores se imagina siendo Ministra de Cultura haciendo unos cuantos ajustes sobre las maneras de promover el arte y la cultura popular dentro de España. Aunque se trate solo de una ficción, ella disfruta imaginarse esos escenarios para crear en libertad. 

Con los pies en la tierra, Lolita Flores canta fuerte al decir que “a mí no me pesa ni me ha pesado en la vida ser hija de Lola Flores. Ni de Antonio González”, y sobre esta afirmación sobran las pruebas, pues cuando se le ha pedido hablar de política, ella lo ha hecho; lo mismo cuando se le pidió alzar la voz en favor del feminismo, ella también cantó sus verdades. Por tanto, la intimidación no es algo que la encasilla. 

En este panorama tan motivador y hasta revolucionario, Lolita Flores plantea lo único que en su vida parece no estar resuelto. Se trata del amor que, aunque ella lo ha sabido vivir con la pasión de siempre, confiesa al citado medio que al presente, hay algo que no le permite avanzar con libertad. 

Lo que pasa es que soy muy mayor y los hombres que me gustan tiene la edad de mi hijo. 

Honesta hasta la médula, así siempre es Lolita. No sabemos si esta herida es del conocimiento de sus hijos, pero si de algo ella está segura es que no se arrepiente de la vida que ha tenido y como si se tratara de un pedido, cierra el asunto de su corazón con esta aclaración: 

“Me voy al otro mundo sabiendo lo que es tener a alguien que te quiera, el que venga que no me esconda. Que no me ningunee y que me valore. Y mientras que no venga ese yo estoy feliz de la vida”. 

La heredera de “La faraona”

Lolita Flores pertenece al clan artístico más querido de España, su carrera la ha levantado como actriz, cantante y colaboradora de televisión. De puertas adentro, la sostiene una numerosa familia compuesta por sus dos hijos, Elena y Guillermo, y sus nietos.