Un trocito de madera que se desprendió del suelo fue el principio de todo. Este pequeño indicio que reveló el grave problema de filtraciones subyacente y silencioso entre el inmenso piso en el barrio Niño Jesús, que por años ha ocupado la Infanta Elena, se constató bajo una posterior comprobación de daños. Llegó a tal escala que debió mudarse a un piso temporal. Han pasado nueve meses y, después de una serie de reparaciones mayores y otros arreglillos que se pudieron aprovechar durante el extenso proceso, la Duquesa regresa finalmente a su hogar.

Lejos de lo imaginable, este tipo de problemas inherentes a las construcciones afectan a todos por igual, sin distinción alguna. El caso de la Infanta Elena no fue una excepción a la regla. Las reformas tardaron mucho más de lo debido, según lo explica en una reciente edición la revista Vanitatis, debido a los constantes viajes que realizaba hacia Abu Dabi para visitar al Rey Emérito. La apremiante situación no le permitía estar en casa como para iniciar los trabajos en octubre del 2021 cuando las complicaciones convirtieron al espacio en un lugar casi inhabitable, así que el proceso de reformas comenzó en marzo del 2022.

A esto hay que añadir los típicos retrasos que experimentan este tipo de proyectos y que tardaron dos meses más de lo previsto. Sin embargo, no podemos creer que, como podría suceder entre el común de los mortales, la Infanta Elena lo pasó tan mal durante la espera, pues la Duquesa de Lugo alquiló un maravilloso piso de líneas modernas en el barrio de Almagro cuya extensión total es de unos asombrosos 200 metros cuadrados para alojarse junto a sus hijos Froilán y Victoria Federica. Sobra decir que de acuerdo a las dimensiones del espacio, y los amenities que lo conforman, realmente estuvieron muy cómodos, así que no hay razón para preocuparnos demasiado por ellos.

Los datos de la vuelta

Pero nada supera al dulce hogar, que durante años ha funcionado como el refugio de la Infanta Elena desde que se separó de su exesposo Jaime de Marichalar y que resulta el doble de grande que su lugar temporal de residencia, así que es fácil inferir que la Infanta Elena no puede esperar a volver a su departamento y disfrutar de las áreas que ha reformado para su mayor comodidad y la de sus hijos y de allí se pudo ver como un camión fletado para mudanzas se encargó de trasladar los enseres de la hermana del Rey Felipe para regresarlos a su verdadero hogar.

Pronto podremos ver a la hija del Rey Juan Carlos nuevamente en el Barrio Niño Jesús, desde donde  reajustará su cotidianidad, antes superada por su estancia en Almagro, mucho más céntrico y cercano a las instalaciones de MAPFRE donde actualmente trabaja. Siendo así, serán días de mayor disfrute -y, sobre todo, alivio- donde podrá finalmente despedirse de su vida "nómada" para abrazar la tranquilidad que solo su hogar le puede ofrecer.