Ana María Aldón pone las condiciones innegociables para dejar atrás a José Ortega Cano

Las críticas sobre Ana María Aldón no cesan, parece que a cada decisión tomada, ella y José Ortega Cano tienen que dar justificaciones porque, o no son convincentes, o se demoran tanto en cumplirse que pierden credibilidad ante la mirada de un público que bien ha sabido tildar su drama como el "culebrón del año". 

A la promesa de divorcio, la diseñadora tiene que sumarle el hecho de abandonar la casa de José Ortega Cano, un paso siguiente que todos juzgan por fácil, pero que Ana María Aldón se sincera y desmiente tal afirmación. No porque ella no quiera salir de ahí, sino porque, por encima de esa decisión está otra gran verdad y es que su bolsillo no es tan abundante como el del diestro.

Así como se lee, la madre de José María se ha sincerado ante las críticas que la condenan por mantenerse bajo el mismo techo que su marido, incluso Terelu Campos tuvo que mediar por ella, con una confesión que dejó boquiabiertos a muchos, y que además desveló la otra cara de la moneda cuando llega el momento del divorcio. 

Mi casa de allí es lo que a mí me gusta, pero aquí, en Madrid, no puedo comprarme algo así. 

La reflexión la hizo Ana María Aldón cuando fue consultada sobre cómo le gustaría que fuese su nuevo hogar y ella, inmediatamente, recordó la casa de su natal Sanlúcar con jardín, 4 habitaciones y 2 baños; un espacio muy cómodo que no es proporcional a su situación monetaria, ahora que no dispone de los fondos del ex torero. 

El medio Ok Diario también informó que la casa que la diseñadora busca tiene que cumplir con el requisito de estar a menos de 20 minutos de la residencia del diestro, pues es en esa zona que José María tiene su escuela, sus amigos y sus espacios familiares. Otra gran razón de peso que desvela que la distancia entre Ana María y Ortega Cano no será tan lejana. 

Sin firma ni fecha acordada 

El periodista Aurelio Manzano confirmó lo que la misma Ana María Aldón también aseguró y es que el acuerdo de divorcio aún no está firmado, por lo tanto, tampoco hay un límite en los plazos que obligue a la diseñadora a poner un pie fuera de la casa de su actual esposo.