El cambio del cielo a la tierra que se dio Miguel Urdangarin: el verso suelto de una familia rota

El traicionar públicamente a su esposa, tal como lo ha hecho Iñaki Urdangarin, trajo serias y devastadoras consecuencias para toda su familia, la cual —hasta apenas el año pasado— disfrutaba de pasar desapercibida, especialmente los hijos de la pareja. De Pablo sí sabemos todos que es un chico simpático, educado y de buen carácter; Juan es, de todos, el más retraído y quién más sufrió con los embates del Caso Nóos; la pequeña Irene vive en Ginebra con su madre, y Miguel Urdangarin, pues no se sabe demasiado, solo que ahora lo hemos visto en Barcelona, más cambiado que nunca.

El tercero de los hijos de la Infanta Cristina ha estelarizado, junto a su padre y hermanos (excepto la menor del clan), una reunión unificadora en Barcelona, que fue captada recientemente por la revista 'Semana'. En las imágenes le pudo ver muy cercano y rodeando con el brazo a su padre mientras caminaba y derrochaba camaradería con sus pares. Quizás lo más resaltable al verlo es el cambiazo que se ha dado. Ya no es aquel niño muy rubio y siempre con gafas que, en algún momento, visitó a su abuelo, el Rey Juan Carlos, después de alguna de sus intervenciones quirúrgicas. Hoy tiene 20 años y es tan alto como su padre.

Sorprendentemente, el diario 'El Nacional' de Cataluña describe al joven y no faltan las puntuaciones positivas pues, a su edad, ya se anota algunos puntos más de los que tuvo Iñaki, especialmente en términos de escolaridad: "Miguel Urdangarin es el más listo de la familia, nacido en Barcelona, catalán, estudió en el Liceo francés, es el ahijado del Rey Felipe, toca el piano, lleva el pelo con un corte menos Pedralbes, sin la raya en el medio. Era el de aspecto más empollón, con gafas redondas, y rechoncho. Ahora ha hecho como sus hermanos, se ha estirado, se ha estilizado, se ha hecho más rubio, pelo largo, se ha puesto lentillas" y para rematar con la descripción: "También abandona las pulseras que lucía junto con su hermana Irene".

¿A cuáles pulseras se refiere? Pues ni más ni menos que al detalle que todos los medios parecieron saltarse al cubrir el regreso de Miguel Urdangarin a España junto a su madre y sus hermanos para visitar al abuelo Juan Carlos después de su intervención quirúrgica. Al menos, el estudiante de Ciencias del Mar y la benjamina llevaban las pulseritas rojigualdas, aquellas que el medio refiere, las que denotaban —en aquel momento— "el adoctrinamiento" que recibía a nivel familiar, y no sería de extrañar, entendiendo de qué familia proviene.

Las filias políticas de Miguel Urdangarin son lo de menos en este momento, su relación paterno filial es lo de más, por así decirlo. Es de quien menos se conocen los aspectos cotidianos de su vida, por lo que sin duda es quien mayor curiosidad despierta. Si bien Pablo fue el gran mediador en medio del varapalo familiar protagonizado por Iñaki, y Juan decidió evadir todo el asunto con su retiro a La India, ¿qué opinión tuvo? ¿Qué sentimientos albergó él al conocer el nuevo estatus sentimental de su héroe personal? Pues por lo que se puede ver, no parece demasiado preocupado en este momento y si tuvo algo que reclamar a su progenitor, todo quedó saldado y el perdón habría podido más que la indignación.