El Rey Felipe lo vuelve a hacer: ese viejo hábito en el que siempre recae y Letizia nunca sigue

Uno de los mayores placeres de la vida es degustar excelentes platos de la gastronomía española y tanto el Rey Felipe, como sus parientes Borbones, lo saben. Es por eso que uno de los hábitos que suelen marcar sus viajes de ida por vuelta a otras localidades, es dejarse caer en algún local de comida tradicional.

Esto es justamente lo asado durante su viaje a Lebrija, en Sevilla, donde una vez culminadas las actividades que tenía previstas durante la jornada de este miércoles, quiso en compañía de al menos 10 acompañantes visitar el famoso restaurante La Venta Esteban en Jerez de la Frontera, Cádiz.

Casualmente en esta ocasión, Pepe Ballesteros, uno de sus dueños estaba presente en el local cuando vio entrar al Rey Felipe junto a sus cercanos y tras la impresión inicial, los nervios lo invadieron y así lo explicó a Vanitatis: "Es que casualmente la semana anterior estaba viendo con mi hermano fotos de las personas que han pasado por la venta y dije que ojalá viniera el Rey. Hemos tenido aquí desde presidentes de Gobierno, como Pedro Sánchez, Zapatero o Rajoy, a artistas como Norma Duval, Farruquito, El Arrebato; presentadores como Ana Rosa Quintana o Risto Mejide; y muchos toreros, desde Jesulín de Ubrique a Juan José Padilla".

Estamos acostumbrados a recibir a gente muy conocida, pero mi ilusión era ver entrar por las puertas un día al Rey Felipe. Así que cuando lo tuve delante, casi no me lo creía.

Así que ante la esperada y casi augurada llegada del Soberano, ¿qué pidió junto a sus compañeros? Pues según lo expuesto por el simpático propietario, "Servimos como entremeses jamón, queso y patatas aliñadas, también ensaladilla y pescaíto frito, puntillitas y adobo, y después el guiso marca estrella de la casa, la berza jerezana", que después supimos a través de lo difundido por el medio antes consultado, fue que tanto el Rey Felipe como su séquito, traían bastante apetito, porque entre los platos no quedo ni una sola miga de pan.

¿Algo que el Rey Felipe rechazó de plano? Al menos nada de la carta, pues hasta se dejó tentar por el tocinillo del cielo que eligió de postre, pero sí el ofrecimiento inicial de Ballesteros a instalarse en alguno de los reservados. Al respecto cuenta con ilusión el dueño de La Venta Esteban "él dijo que quería hacerlo donde todo el mundo, con normalidad. Así que se sentó en el comedor que llamamos Abuela Petra, en honor a nuestra madre".