El Rey Felipe y la Infanta Cristina dan el paso definitivo a la reconciliación

Entre los mentideros reales y las crónicas de la época, se dice que el Rey Juan Carlos a pesar del enojo que sufrió al conocer las implicaciones del caso Nóos, no fue capaz de ejecutar las correspondientes medidas punitivas como sí lo hizo el Rey Felipe contra su propia hermana, la Infanta Cristina, al arrebatarle no solo el título como Duquesa de Palma, sino su asignación anual e incluso exigió su salida de la línea de sucesión de los Borbones y el divorcio de la pareja, cuestiones que la aristócrata nunca aceptó. Por mucho, estas razones justifican el por qué de tantos años de separación geográfica y familiar. Después de aquello, la familia nunca logró volver a ser lo de antes.

Pero desde hace poco menos de un año, algunas barreras han comenzado a derrumbarse entre el Jefe de Estado y su hermana, a partir de la lamentable acción que le propinó el hombre por el cual ella casi lo pierde todo. Si bien su divorcio en puertas ha sido una de sus peores vivencias, por otra parte algunas puertas han vuelto a abrirse y así lo afirma la periodista Paloma Barrientos, al asegurar en su nueva obra editorial 'Los Secretos de la Infanta' que finalmente el Soberano y la madre de cuatro se han reconciliado.

Así también lo ha refrendado la mediática por medio de una entrevista al medio 'Pronto', en medio de algunos temas sobre el presente y futuro de la que se creyó hasta hace un año, era una pareja indestructible, que nunca necesitó del Rey Felipe ni Casa Real para mantenerse a flote. Es verdad que los hechos han calado profundamente en la dolida Cristina. No siente nada por su aún esposo pero resiente la unidad familiar perdida, y quizás en ese punto es en el que junto a su hermano, coincide.

Para sanar es necesario que la hija menor de los reyes eméritos entierre junto a este reciente trago amargo todos aquellos eventos en estos 25 años que la han marcado, en defensa del amor de su vida y de la familia que construyó junto a él. Es cierto que fue imputada, hostigada por la indignación generalizada y perseguida por actos que la justicia comprobó nunca tuvo que ver, pero el dolor sigue allí y muchas preguntas sobre su marido que prudentemente sería mejor nunca darles respuesta.

Sin importar el qué dirán, la Infanta Cristina intenta resurgir de sus propias cenizas y vaya que ha logrado mucho en poco tiempo. Viene de una familia en cuya historia, la infidelidad es un tema presente y en esta ocasión intenta nuevamente romper el molde, al erigirse como una mujer capaz de seguir con su vida sin necesidad de mantenerse atada a un matrimonio sin amor y peor aún atravesado por un hecho tan humillante.

Es una mujer verdaderamente preparada a nivel profesional y tiene todas las herramientas a su favor para empezar de nuevo y bajo sus propios términos en Ginebra, pues según lo refleja Paloma Barrientos, no cree que regrese a España aún cuando el Rey Felipe, el resto de su familia y amigos se encuentran en suelo patrio. Ella siempre fue así, independiente y apartada del clan, ¿por qué hacerlo diferente ahora?