La única historia de amor que el Rey Juan Carlos ha vivido, pero en la que nunca fue protagonista

Dentro del seno de la familia real aún es posible ver matrimonios inquebrantables y que han perdurado a lo largo de las décadas. Tenemos, primeramente, el caso del Rey Juan Carlos y la Reina Sofía. Aunque es público y conocido que se trata de un enlace sostenido por la institucionalidad, existe una bonita historia que supera por mucho el paso del tiempo y que, además, ha tenido al amor como protagonista. Se trata de la unión entre la Infanta Margarita y su inseparable esposo, Carlos Zurita.

La pareja se conoció durante la década de los años 70 por medio de unos amigos en común, justamente cuando el doctor Zurita iba en la cúspide de su carrera de medicina, y ejercía como profesor jefe del servicio de la Escuela Nacional de Enfermedades del Tórax. Para la Duquesa de Soria, su condición de ceguera le había arrebatado a la familia la posibilidad de emparentarla con algún heredero europeo, aunque para la joven Borbón, de naturaleza sencilla, criada entre los escenarios naturales de Portugal y en total libertad. Titulos, riquezas y esas frivolidades propias de la nobleza, definitivamente no era algo que ella persiguiera.

Y en ello el esposo de la Infanta coincidía plenamente. Se dice que luego de algunas ocasiones en las que coincidieron, se enamoraron plenamente, pero dada la condición de nacimiento de la hermana del Rey Juan Carlos, el propio Emérito y la familia mantuvo sus reservas con el joven hasta que demostrara que lo suyo era un asunto de amor y no de conveniencia. La pareja pudo superar las sospechas del clan Borbón y, finalmente, pudieron celebrar su boda el 12 de octubre de 1972 con una ceremonia hermosa pero muy sencilla, solo entre la familia y algunos amigos. Muy al gusto de los contrayentes, pero alejado de la pompa que sí hubo en el caso de la recordada Infanta Pilar.

Durante todos estos años, la Infanta Margarita (Margot para la familia) y Carlos han vivido de forma sencilla, pues el cuñado del Rey Juan Carlos no tuvo que renunciar a su profesión para casarse y, además, la Infanta Margarita renunció a la posibilidad de hacerse con título alguno. Posee el Ducado de Hernani pues lo recibió por vía hereditaria de un tío lejano y el Ducado de Soria, otorgado por el exsoberano en 1981, y solo lo aceptó bajo la condición de no recibir ninguna asignación anual y entregarlo nuevamente a la corona tras su fallecimiento .

Quizás no pudimos ver demasiadas veces a la Infanta Margarita en actos representativos junto al Rey Juan Carlos y el núcleo duro de la familia Borbón, pero ella sí que ha dedicado muchos años a las causas más loables. Según amplia Vanitatis, la Duquesa actualmente es "presidenta de Unicef España, la Fundación Once, la Federación Española del Corazón y la Asociación Española de Hemofilia, En 2009 ella y el Dr. Carlos fueron investidos doctores honoris causa por la Universidad de Valladolid y en 2013 la reina doña Sofía, con quien mantienen una gran sintonía, presidió el homenaje a Carlos por sus 25 años al cargo de la Fundación Amigos del Museo del Prado".