Lo peor que puede pasarle a Victoria Federica esta semana: ser comparada con Pablo Urdangarin

Un origen de sangre azul y un mismo apellido es lo que Pablo Urdangarin y Victoria Federica pueden compartir. Mera consanguinidad y recuerdos de una infancia feliz a pesar de las duras circunstancias adultas y los exilios. De allí en más, ahora que han crecido y son dos jóvenes veinteañeros, sus diferencias son más que notables y en este último año ha sido más que tangible. Si pudiéramos en una balanza quien se lleva las mejores apreciaciones, el hijo de la Infanta Cristina se lleva todas las consideraciones y los elogios, Victoria Federica pues ni modo, ella misma se encargó de aclarar que no le gusta ser simpática con gente que no conoce sino con sus "amigos".

¿Por qué hablar de la Marichalar y el Urdangarin en sentidos contrapuesto? Por supuesto no podría ser de otra manera, de la nueva generación de Borbones, nietos del Rey Juan Carlos y doña Sofía,  tanto la socialité como el atleta son los más mediáticos. Mientras que 'Vic', como le gusta que la llamen, ha logrado hacerse un espacio en el mundo de la moda y de las redes sociales, el deportista intenta seguir los pasos de su padre Iñaki Urdangarin y definitivamente tanta constancia y esfuerzo ha dado frutos, pues ha logrado destacarse en la división B del Barça en balonmano.

Pero sus modelos de crianza precisamente los separan aún más, que los destinos que eligieron para forjar su futuro. Ya hemos visto a Victoria Federica y a su familia tratar a la prensa como si de cualquier bicho canasto se tratase. No le gustan las entrevistas, contratarla para cualquier evento o proyecto contempla exigencias cómo mantenerla apartada de los reporteros pero sí que le gusta ser fotografiada en los photocalls, y a veces pasa rápidamente sin reparar demasiado en sonreír o intercambiar algún comentario amable. Definitivamente, sus padres, la Infanta Elena y Jaime de Marichalar, supieron transmitirle la peor versión de sus respectivos comportamientos.

En cuanto que Pablo Urdangarin pudo dominar a la bestia mediática en medio del peor varapalo público y familiar gracias a la decisión de Iñaki de hacer pública su opción a separarse de la mano de otra mujer a plena luz del día. De su ánimo de proteger especialmente a su madre y a sus hermanos, tomó el rol de mediador frente a la prensa con tal educación, amabilidad y paciencia que se ganó el corazón de la gente y se ha anotado no solo puntos en la cancha sino una legión de fans que lo siguen en todos sus partidos y lo esperan a las salidas de los estadios para conocerlo. A todos el deportista les dedica tiempo, un fotógrafo, un abrazo o una selfie y la verdad siempre es un gusto toparse con el por las calles de Barcelona, porque "saluda a todo el mundo", tal como afirmó una vecina a varios medios que cubren sus pasos.

Victoria Federica y Pablo Urdangarin pueden tener marcadas diferencias entre ambos, pero lo que si debe haber entre ellos siempre es un inmenso cariño, que aunque sea difícil pensar que es así, si algún mérito debemos dar a las infantes, es que supieron mantener unidos a sus respectivos hijos y transmitirles el amor familiar.