Todas las veces que las decisiones de la Infanta Cristina crisparon a la familia real y a Zarzuela

Nacer en cuna real no es cosa sencilla, y quien diga lo contrario es porque definitivamente no tiene mucha referencia al respecto. Más allá de la vida entre palacios, lujo y comodidades, no ser el primero en la línea al trono trae sus debidas dificultades. Las monarquías suelen enfocarse en los herederos y el resto de la familia suele quedarse detrás, por lo que si no se tiene un plan B, por mucho apellido y abolengo, el futuro no pinta demasiado prometedor y la Infanta Cristina pareció tener esto en cuenta toda la vida, según lo plantea Paloma Barrientos en su libro, Los secretos de la infanta.

La exduquesa de Palma es de los tres hijos de los reyes eméritos, la más desconocida, aunque su nombre haya saltado a los tabloides luego de que fuera traicionada públicamente por Iñaki Urdangarin. De allí que la mediática quisiera ahondar más sobre su vida para intentar conocerla mejor. De esta investigación pudo obtener algunos datos y anécdotas inéditas, cómo el simple hecho de que nació aquel 13 de junio en pocas horas, a diferencia de su hermana Elena, quien tardó para nacer. Este simple hecho pareció definir sus destinos.

La Infanta Cristina siempre fue muy inteligente y despierta y, a pesar de que la Reina Sofía siempre se mantuvo cercana, fue cuidada la mayor parte del tiempo por su nanny, Christine People, con quién mantuvo una estrecha relación incluso hasta la adultez, y otra figura educativa que siempre ha formado parte de su vida, su profesor del Colegio Santa María del Camino Carlos García Revenga, quien además es uno de sus más grandes amigos en la actualidad.

Nadie podría pensar que, en el caso de alguna de las hijas del Rey Juan Carlos, los estudios fueran precisamente el gran punto de choque. La Infanta Cristina debió conquistar cada espacio con tozudez y el hecho de que se antojara justamente de residir en Barcelona y estudiar ciencias políticas en una universidad catalana definitivamente fundaba temor en sus padres, pero compartir piso con dos amigas en un compartido en Nueva York mientras estudiaba su master en relaciones internacionales sí que fue un verdadero quebradero de cabeza para los entonces reyes. Sin embargo, la joven aristócrata logró imponer su criterio tal como la historia nos demostró luego.

En cuestiones de amores, algunos nombres como Fernando León, Álvaro Bultó y Jesús Rollán fueron clave, pero con Iñaki Urdangarin fue un flechazo inmediato y correspondido. En aquellos años 90, era mucho más fácil mantener un romance en secreto y duró bastante tiempo en reserva hasta que sin querer, fue su tía, la querida Infanta Pilar quien sin querer confirmó su noviazgo gracias a una pregunta capciosa de la prensa, tras la metida de pata, se apuró el compromiso con un anuncio oficial. El resto es historia, caída y hoy por hoy verdadero resurgimiento al menos por parte de Cristina, la más independiente e inteligente de la familia Borbón.