Los 4 errores que debes evitar si tus plantas tienen las hojas amarillas

Cuando llega el frío, los cuidados con tus plantas son diferentes, pues ya no se trata de cantidad de riego o de horas expuestas al sol, ellas como cualquier ser vivo se preparan para las nuevas temperaturas y por lo tanto, su exterior también reflejará esos cambios, la aparición de hojas amarillas es uno de los más comunes. 

Puede pasar que también llevas mucho tiempo fuera de casa y al volver encuentras a tus plantas debilitadas, con las hojas caídas o el sustrato muy seco. En este caso, lo primero que tienes que hacer es regarla abundantemente hasta que la tierra absorba todos los nutrientes que necesita para recargar energías; si con eso no fuera suficiente tendrás que seguir con otras prácticas. 

Si el problema con las hojas amarillas persiste, no se trata de una falta de agua. Tus plantas requieren otros cuidados y en este artículo te propondremos algunas prácticas sencillas y saludables para estirar la vida de tus amigas verdes. 

1. No cortes las hojas amarillas 

Esta práctica es la primera reacción natural que muchos hacen al ver sus plantas con las hojas amarillas, como un intento de preservar su color más vivo y alegre, pero atención porque se trata de un error que impactará negativamente en ella. 

Cortar las hojas amarillas puede acelerar la muerte de tus plantas, no lo hagas y respeta su ritmo natural. Así como en otoño los árboles dejar caer todas sus hojas, asimismo tu planta necesita despedirse de las partes que no necesita para su crecimiento. 

2. No la expongas al sol innecesariamente 

Otro error común después del verano es cambiar tus plantas de lugar, creyendo que necesitarán sol para mantenerse saludables. En el caso de las hojas amarillas, puede que aparezcan por exceso de sol y recuerda que aunque no veas la luz, la radiación solar siempre está presente, por lo tanto no muevas tu planta, porque además le causas un estrés innecesario. 

3. No dejes el mismo sustrato por años

Después del verano, hacer un cambio de sustrato es una práctica que tus plantas agradecerán, pues si eres de los que deja el mismo sustrato durante más de un año, le estás limitando el crecimiento. 

Según las condiciones del sustrato, la planta absorberá nitrógeno, fósforo u hierro, nutrientes que necesita para crecer sana y fuerte y que además los toma de la tierra, si ésta no se actualiza con regularidad, una de las reacciones serán las hojas débiles y amarillas. 

Estos minerales puedes conseguirlo en fórmulas líquidas, cápsulas o formatos novedosos que encontrarás en tu vivero de confianza, sin embargo, más que agregarlos como complementos, lo mejor que puedes hacer es cambiar la tierra por completo, un hábito que además te servirá para ver en qué estado se encuentran las raíces de tus plantas.