Nadie puede negar que el nombre de Miriam Ungría viene siendo noticia semana tras semana. Desde que se anunció su boda con el Príncipe jordano Ghazi Bin Muhammad los ojos del mundo se posaron en ella. Nada se sabía de la relación que mantenía, la tía de Javier Ungría con el primo del Rey Abdalah de Jordania.

Sin embargo, el pasado 3 de septiembre anunciaba sorpresivamente su enlace con el Príncipe jordano, tristemente la felicidad plena fue corta para la diseñadora de joyas quien el pasado 28 de octubre perdía a su padre, con quien mantenía un vínculo muy estrecho y en quien se refugiaba en sus peores momentos tras perder a su madre en 2019.

Como era de esperarse fueron muchas las figuras que acompañaron a la Princesa jordana, entre ellos Jaime de Marichalar, Jaime Martínez Bordiu y por supuesto Javier Ungría quien no podía faltar a la misa funeral en su abuelo celebrada en la parroquia de San Agustín, siempre muy discreto respondió a los reporteros, pero dejó en claro que solo se centraría en la despedida de Don Bernardo.

Te lo agradezco, pero yo creo que no es el momento de hablar de nada de eso. Hoy es un tema de mi abuelo 

Miriam Ungría en su peor momento

Sorpresivamente, la diseñadora de joyas llegó en compañía del Rey Simeón, su suegro quien viajó desde Jordania en forma exclusiva para asistir a la misa funeral en memoria de Bernardo de Ungría. Sin lugar a dudas, el gran ausente fue el Príncipe jordano Ghazi Bin Muhammad, pues si bien no se conocen los motivos por los que no acompañó a su esposa resultó extraño que no se presentará.

Estoy bien, gracias

Miriam Ungría se enfrenta a una etapa sumamente complicada, la pérdida de su padre la pone frente a una situación muy difícil, y esto se ve reflejado en sus gestos los cuales dejaron en claro que el proceso será complicado.

Los misterios alrededor de Miriam Ungría

El hermetismo bajo el que vive Miriam Ungría deja una vez más a la prensa sin palabras, meses atrás cuando anunciaba su boda y ahora con la ausencia de su marido en la despedida de su padre, lo cual hace pensar que los compromisos que tenía no podían dejarse de lado.