"Todo lo que empieza mal termina mal" es una célebre frase que resume la perturbada relación entre Lady Di y Carlos III, nombres que de no ser por los convencionalismos y reglas que los llevaron a unirse en matrimonio aún con una historia subyacente entre líneas, lo mejor que habría pasado en la vida de cada uno, es que sus caminos nunca se hubieran cruzado como en efecto sucedió.

Y la verdad es que para ambos (no solo para la atormentada Princesa), está unión no resultó nada fácil. Según los eventos que ha recopilado el libro The King: The Life of Charles III o en español El Rey: la vida de Carlos III, del escritor Christopher Andersen, uno de los mayores problemas en aquella relación fue el de la intimidad, pues según afirma duró alrededor de tres años, los necesario únicamente para gestar herederos y nada más. Para el amor, las pasiones y otras necesidades, el puesto titular lo ocupaba Camilla Parker, quien hoy figura como la actual Reina Consorte del Reino Unido y la gran némesis sentimental de Lady Di.

Sin embargo, y hablando de historias fallidas, no solo la historia marital entre Lady Di y Carlos III ha resultado un gran fracaso en la historia de la corona británica. Sin ir más allá, nosotros también contamos incluso en la actualidad con nuestra versión "endógena" de la original, es decir la del actual Rey de Inglaterra y la recordada Princesa de Gales, sino preguntemos a los reyes eméritos, el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía, quienes permanecen unidos por Dios y las leyes, aunque toda España sabe que en realidad llevan vidas separadas desde hace ya unas cuantas décadas atrás.

La comparación necesaria con el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía

Aunque en el caso de la Reina Sofía, hasta el momento no hay evidencias de persecuciones, desórdenes digestivos o problemas de salud mental, pero sí de movimientos sutiles que indicaron al Emérito que la convivencia matrimonial había terminado, cuestión que el exmonarca acató a conveniencia y a través de indirectas. Esto lo supimos gracias a la pluma de Pilar Eyre, quien reveló en su blog, el Rey Juan Carlos se disponía a ir a descansar a su cuarto que hasta ese día compartió con la Reina Sofía cuando una de las personas del servicio le notificó amablemente que a partir de la fecha dormía en otra habitación y sus cosas habían sido desplazadas a otra pieza, y todo bajo la orden de la Emérita. Es posible que haya sido una gran noticia para él después de todo.

Y si bien es cierto en el caso de la pareja española es imposible contabilizar con exactitud en qué momento su situación de pareja cesó definitivamente, si algo se puede entender es que en las monarquías, históricamente el amor no fue una premisa importante, cómo sí lo fue la búsqueda de herederos y la permanencia de estas estructuras y afortunadamente, esto ha evolucionado positivamente. La historia de Lady Di y Carlos III aunque devastadora y con final trágico, sirvió para que en los años sucesivos hasta la actualidad temas como la salud mental y la libre elección de Consortes fueran conversaciones justas y valederas de cara al futuro.