Ana María Aldón vuelve al ataque con todas sus flechas dirigidas a José Ortega Cano

El "Mediafest Night Fever" sigue sorprendiendo con cada uno de sus invitados. Esta vez Ana María Aldón se subió al escenario y la interpretación estuvo cargada de un atracón de emociones que la desbordaron, al mismo tiempo que demostraron, nuevamente, el amargo camino transitado con José Ortega Cano, protagonista indirecto de la noche. 

Después de la edición anterior, la colaboradora tuvo que ser asistida emocionalmente ante lo que pudo haber sido su peor actuación en el show de Telecinco. Sin embargo, lo vivido la noche de ayer convierte a Ana María Aldón en el "ave fénix" del canal, esa mujer que en las peores caídas logra un levante experimentado, consecuencia de las lecciones dejadas en todo el drama con José Ortega Cano. 

El torero que ni se mencionó estuvo muy presente, de manera indirecta, en todas las estrofas de la canción elegida para Ana Maria, quien se atrevió a confesar que la letra le jugaba totalmente a favor porque era un reflejo de su propia vida. Al ritmo de la clásica "Resistiré", la ex del diestro se subió al escenario arropada por Hugo Salazar que desde los primeros ensayos confirmó esa sincronía entre el tema y el momento presente de la tertuliana. 

La letra es mi vida.

Previo a su actuación, se mostraron algunas secuencias de la preparación física y emocional que tuvo que vivenciar Ana María Aldón antes de subirse al escenario, en ellas fueron saliendo varios dardos con un destino en común: José Ortega Cano. El más cruel, quizá, fue el momento en que dijo totalmente convencida que por años había "dormido sola estando acompañada", una afirmación que desvela el detrás de cámara de su matrimonio con el diestro. 

Me duele el pasado porque no ha cicatrizado.

Cuando se sentó a conversar con Jorge Javier Vázquez, la madre de Gema Aldón confesó sentirse afortunada por el cariño recibido de la gente y lanzó otra de las frases más inquietantes de la noche: "Me duele el pasado porque no ha cicatrizado, pero voy a poner de mi parte". Estas palabras que retumbaron después de narrar cómo en sus últimos años había permanecido encerrada sin siquiera disfrutar del teatro o de la noche madrileña, una vida limitada a pasearse por todas las plazas de toros, pero sin espacio para actividades que nutrieran su corazón. 

Me volví de hierro para endurecer la piel.

A los que siguen sin creer en la versión de la colaboradora, Ana María también lanzó un dardo que justifica esa frialdad con la que suelen relacionarla, en especial los defensores del diestro que han llegado a sostener que todo lo dicho por ella es mentira. A ellos, la colaboradora les advierte con firmeza: "Me dicen que soy fría, pero quizás es porque me volví de hierro para endurecer la piel".

Las lágrimas de la victoria 

Al subirse al escenario, Ana María dejó la piel con una interpretación que emocionó hasta las lágrimas al repasar en un par de estrofas su década de vida junto a José Ortega Cano, las críticas que recibió y el coraje que siempre tuvo para resistir, por ella y por el futuro que vendrá.