A la familia Flores podemos pedirle coplas, fiesta y tradición flamenca a más no poder. Sin embargo, jamás podríamos exigirles que no sean sinceros. Eso se debe probablemente a la impronta que dejó Lola Flores, una mujer a la que es imposible reprocharle que alguna vez se dejó llevar por la situación y fue condescendiente con su interlocutor. Actualmente, es Rosario Flores quien continúa con ese legado.

Ayer, el Festival Primavera de Tomares ha tenido a Rosario Flores nada más y nada menos que en el cierre, junto a Estrella Morente y Las Niñas. Con los días más cálidos, la temporada comienza a activarse para los artistas y por supuesto no están dispuestos a perderse ninguna convocatoria luego de los meses de falta de trabajo que impuso la pandemia. Hacía ocho meses que la hija de Lola Flores no pisaba un escenario sevillano, pero el regreso ha valido totalmente la pena.

En el contexto del show, la intérprete de “Qué Bonito” dialogó con “ABC” y ante ellos dejó revelaciones magistrales. Por ejemplo, que suele sucederle que la llaman más para contratarla en las horas posteriores a un concierto, como si el vivo convenciera a ciertos empresarios de que es una artista de lujo, de esas que se devora las tablas y deja al público con ganas de más. “Este sábado en Tomares vamos a montar una verdadera fiesta en el escenario. La gente podrá disfrutar de un repertorio repleto de canciones bonitas y otras muy alegres, habrá mucho nervio. La gente sale de mis conciertos llenita de energía, los espabilo y los pongo marchosos y los animo para que luego vayan a tomarse una copita”, dijo y no dudamos que lo ha conseguido.

Rosario Flores deja una frase para el orgullo de Lola Flores

Sin lugar a dudas, el momento más emocionante de la entrevista tuvo lugar cuando la protagonista de este artículo habló de sí misma y de cómo vive este tipo de experiencias. Al respecto, Rosario Flores dijo que cuando está sobre el escenario es la mujer más feliz del mundo, una combinación de palabras que a Lola Flores le harían sentir que hizo todo bien en la vida. Y es que debe haber rogado a Dios que sus retoños fueran felices, independientes y sanos; pero nada se compara con que una de sus herederas lleve en la sangre la misma pasión que ella: la de las tablas.

“Cuando estoy arriba del escenario soy la mujer más feliz del mundo. El directo es lo que más me gusta de la vida, lo disfruto muchísimo. Cuando salgo a cantar y se me va la mente y no pienso en nada, cuando lo emocional prima sobre lo técnico, eso es lo mejor del mundo”, dijo Rosario Flores. Aunque nosotros nos preguntamos: ¿Sería posible que la madrileña se dedique a lo mismo si no hubiese tenido de madre a Lola Flores? Por supuesto, esa es una pregunta retórica, pero nos alegra enormemente saber que la familia se dio así, ya que hoy tenemos a toda su descendencia con nosotros.