Mari Ángeles Grajal mantiene a rajatabla la decisión que pesa sobre el recuerdo de Jaime Ostos

Mari Ángeles Grajal no ha faltado a la promesa que le hiciera a su marido Jaime Ostos. Antes de que el torero falleciera le dio su palabra de asistir a todos los eventos taurinos en su honor. Y así ha sido. No se pierde ni uno. En su paso por la feria de San Isidro, la viuda del torero ha tenido la voluntad de presentarse a las corridas y no eludir su juramento: "La estamos terminando de vivir, por un lado tengo unas ganas porque llevo veintidós días yendo a los toros y esto cansa", dijo a Europa Press. Ella también contó a este medio sobre la relación con su hijo y la venta de la casa.

Por lo pronto, la viuda de Jaime Ostos no tiene planes concretos para el verano y el cerebro no le da para pensar en eso, pues la pérdida del torero fue muy reciente. "Ayer me decían 'va a hacer seis meses', pero a mí me parece todos los días que fue ayer, lo tengo tan presente, a mí lado. Gracias al trabajo entretengo mucho a la cabeza". Además, el apoyo que recibe cada día de su hijo Jacobo le ha permitido superar lo más complejo. “Él es una persona que no lo demuestra tanto como yo, pero está afectado, a un tío joven le cuesta menos trabajo seguir con su ritmo de vida, a mí me cuesta más".

A mí me cuesta más.

Mari Ángeles Grajal también confesó cómo va la venta de la casa que compartió junto a Jaime Ostos. Aún no da el paso definitivo porque ese lugar fue su nido de amor en el que vivió momentos inolvidables con el torero y de los que parece que no quiere desprenderse. "Sí, tengo muchos observadores, pero no tengo ninguna prisa de verdad. No lo quiero ni pensar, por eso no me importa que pase el verano".