Tamara Falcó es la digna heredera del legado de Carlos Falcó y su tío, Fernando

El fallecimiento de Carlos Falcó llegó con el inicio de la pandemia, fue una pérdida que no solo marcó Tamara Falcó, sino que fue un golpe muy duro para un grupo círculo social que muchos creían que iban a quedar completamente protegidos de este virus. Sin embargo, esta nueva enfermedad nos enseñó que siempre que se hable de salud, el poder adquisitivo queda por fuera de los parámetros de interés.

Pero muy lejos de este triste final, Carlos Falcó fue un hombre muy importante en su ámbito, en lo que se refiere a su vida empresarial se podría decir que el padre de Tamara Falcó tuvo una estrella que lo guiaba sin dudas al éxito. En el caso de su tío, Fernando Falcó su nombre era reconocido por las historias de amor que nunca terminaban de confirmarse, algo que lo contraponía con la figura de su padre siempre muy discreto.

El campo fue el espacio en el que el ingeniero agrónomo construyó su imperio, muy lejos de la exposición mediática, Carlos Falcó era considerado un ave rara en su entorno social. Con la llegada de Isabel Preysler a su vida, y tras el nacimiento de Tamara Falcó, su vida cambió completamente. Si bien su nombre ya había sido escuchado en la política, ahora su nombre era vinculado con el grupo selecto de la sociedad española.

Los años ochenta marcaron un antes y un después en la vida del empresario y en la de su hermano, Fernando Falcó también. El amor había tocado sus puertas, sin embargo, en el caso de Carlos Falcó su vínculo con Isabel Preysler comenzó a desmoronarse poco después del nacimiento de Tamara Falcó.

Afortunadamente, esta no fue la última historia de amor que viviría Carlos Falcó. Sus últimos años los paso junto a Esther Doña, y, si bien muchos de sus hijos no aceptaban su relación, el padre de Tamara Falcó decidió vivir este matrimonio sin cuestionamiento, tal y como hoy los vive la hija de Isabel Preysler su relación con Íñigo Onieva.