JOAQUÍN SABINA

Joaquín Sabina y Álvaro Urquijo unidos por una mentira que hoy sabe a victoria

La desopilante historia de “En el boulevard de los sueños rotos”.
lunes, 25 de julio de 2022 · 06:15

Hay canciones que transportan, hay otras que transmiten a la perfección lo que quieren expresar. Otras tantas sirven como punto de unión. Tal es el caso de “En el boulevard de los sueños rotos”, que fue capaz de sellar una alianza musical de otra galaxia entre Joaquín Sabina y Álvaro Urquijo.

Es indudable que el maestro de Úbeda se inscribe en la historia de nuestra cultura como uno de los cantautores más destacados y, por tanto, respetados del país. La potencia y belleza de sus letras, verdaderas poesías que navegan en un mar de amor y desamor, son inspiración e influencian a varios músicos de todo el globo.

La "mentira piadosa" que unió a Joaquín Sabina y Álvaro Urquijo. Fuente: (Twitter).

Álvaro Urquijo es, casualmente, uno de esos músicos que, admirando el poder de la pluma del cantante, entiende de aquellos himnos que, instalados en el imaginario popular, desafían el paso del tiempo. Fue el destino el que lo puso a prueba, enviando una oportunidad que no quiso desaprovechar.

Es que, como todos sabemos, cada tema de Sabina esconde un mundo. Inspiradas en historias reales que motivan su creación, se abren paso en la cultura popular española y del mundo entero. “Por el bulevar de los sueños rotos” tiene su perlita oculta. El trasfondo habla de la casualidad y la fortuna de dos grandes músicos coincidiendo para dar vida a una pieza maestra.

Al parecer esta canción surge gracias a una “mentira piadosa” de Álvaro Urquijo. Corría el año 1993 cuando el líder de “Los Secretos” descubre un papel olvidado en la cartera de su hermano Enrique.

Tres horas demoró Álvaro Urquijo para crear la música para la letra que Joaquín Sabina compuso. Fuente: (Instagram).

Se trataba nada más ni nada menos que de la letra de “Por el bulevar de los sueños rotos”, una de las canciones más populares de Joaquín Sabina. Era el propio poeta de 73 años quien le pedía ayuda a Enrique para componer una música digna para acompañar semejante letra.

“Enrique se había olvidado y la había tenido ahí durante cuatro meses”, confesó Álvaro Urquijo. Hasta el momento, el músico desconocía que su hermano tuviera en su poder eso que consideraba oro en polvo. Lo descubrió recién cuando Paco Lucera, mánager de Joaquín Sabina, se comunicó por teléfono. Durante su llamada, el representante le pidió al intérprete que no sacaran ninguna canción de la letra que Sabina le había dado a Enrique.

"Por el bulevar de los sueños rotos" es la canción que supo unir a Álvaro Urquijo y Joaquín Sabina. Fuente: (Instagram).

“Para? que no vuelva a pasar lo de ‘Ojos de gata’ y ‘Nos dieron las diez’, para que no haya un equívoco, de la letra que le dio Joaquín a tu hermano, no hagáis nada, no hagáis ninguna canción”, fue la orden que se escuchó tras el tubo.

Ante semejante sorpresa, su reacción más inmediata fue encubrir a su hermano, fingiendo haber trabajado arduamente en ese proyecto musical. Álvaro Urquijo veía allí la oportunidad de su vida y no pensaba dejar que se escurra entre sus dedos como fina arena.

Entonces, el guitarrista sintió esa imperiosa necesidad de mentir a Paco Lucera, enfatizando que era una real pena, porque tenían una idea bastante encaminada. Pasó un instante, el teléfono volvió a sonar. El milagro pasó ante sus ojos, o mejor dicho, ante sus oídos: el manager pedía que se acerque al estudio con la maqueta para su validación.

Álvaro Urquijo no quiso desaprovechar la oportunidad de prestar colaboración a Joaquín Sabina. Fuente: (Instagram).

De más está decir que Álvaro Urquijo no tenía ninguna maqueta preparada. Lejos de sacar la verdad a la luz, comenzó su pelea contra el tiempo, poniendo en marcha su proceso creativo capaz de poder concretar su cita de manera exitosa.

“El no ya lo tengo, esto es una oportunidad para hacer una canción con Joaquín Sabina que no puedes desaprovechar”, recuerda que pensó ese día. Bajar los brazos, achicarse y dejar escapar su sueño no estaba entre sus opciones.

Tres horas de ansiedad extrema invirtió en aquella maqueta que supo poner música a la letra que ahora conocemos. Sin mucho esfuerzo porque, tal como señala en sus remembranzas, Joaquín Sabina tiene “esa virtud de escribir como si fuera música”. “Cuando lo leí, casi lo podía cantar. Esa maestría poca gente la tiene”, manifestó su admiración por el autor de “19 días y 500 noches”..

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