El rumor de que Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler viven separados ha corrido con suma rapidez estos días. Y más cuando se desvelaron fotografías del escritor entrando y saliendo de uno de los apartamentos que le quedó después de la repartición de los cuantiosos bienes inmobiliarios con su exesposa, Patricia Llosa. El céntrico piso madrileño queda en la calle Flora, es un ático que adquirió junto a su exmujer en 2002. Allí guarda la mayoría de sus libros y es el lugar donde recibe las visitas de sus hijos.

Lo cierto es que, así como surgieron las habladurías de una separación entre el Nobel y la socialité, fueron ellos mismos quienes salvaguardaron su amor y aplacaron las intrigas malintencionadas. Isabel Preysler negó que vivieran separados o distanciados y Mario Vargas Llosa hizo lo mismo. De hecho, asistieron a dos eventos donde se les vio en absoluta armonía. Uno de ellos fue la ceremonia de entrega de la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica y, días después, en la presentación del nuevo libro del autor peruano, “La mirada quieta”.

El patrimonio tras medio siglo de matrimonio

Mario Vargas Llosa y Patricia Llosa, después de firmar su separación, tuvieron que acordar cuáles serían los inmuebles que se repartirían, pues cuando se casaron en 1965, sin separación de bienes, no tenían la más mínima sospecha de todo el caudaloso patrimonio que conseguirían durante cinco décadas de logros y premios. De hecho, el Premio Nobel le agradeció a su exmujer porque sin ella no hubiese podido llegar a dónde llegó.

Del patrimonio cuantioso que adquirió el matrimonio en Lima, Madrid, París, Nueva York, República Dominicana y Londres, Mario Vargas Llosa se quedó con el piso de Madrid, con el piso de París de la calle Saint-Sulpice, y Patricia Llosa permanecerá con el apartamento de Nueva York y el domicilio familiar de Lima, donde conservan una increíble pinacoteca y una hermosa biblioteca.