El único recurso con el que cuenta la Princesa Leonor para lidiar con la presión de "ser quien es"

La Princesa Leonor está a punto de despedirse de España para viajar nuevamente a Gales e  iniciar junto a sus compañeros de curso, su segundo año de bachillerato internacional en el Atlantic College este próximo 26 de agosto. Ni siquiera ha puesto pie en la línea de embarque cuando ya se adivinan las fechas de su retorno en el futuro cercano, que por cierto vendrá recargado por mayores compromisos institucionales y una cita ineludible.

Para añadir más presión a su ajetreado calendario escolar, la Princesa Leonor debe comenzar a prepararse para su estelar actuación de cara a la celebración de los Premios Princesa de Asturias, cuya fecha se ha modificado para los últimos días de octubre, en coincidencia con su cumpleaños número 17 y como siempre se espera una brillante puesta en escena donde demuestre una vez más toda su preparación para convertirse en la digna sucesora del Rey Felipe.

Tal como destaca el digital Informalia, la agenda de compromisos de la primogénita de los reyes se ha incrementado exponencialmente si comparamos con años anteriores y se espera que este acelerado ritmo se mantenga. Si de antemano hay quien piense que esta carga de compromisos es demasiado para una niña de apenas 16 años, al apenas alcanzar la mayoría de edad, también se juramentará ante las cortes y su vida dará un máximo cambio al asumir finalmente el peso institucional con toda su gravedad. Aún la verdadera carga institucional no ha recaído sobre sus hombros, esto se puede dar por sentado.

No obstante, desde el otro lado del río parece que la Princesa Leonor ha logrado un verdadero equilibrio entre sus metas académicas y sus responsabilidades institucionales, claro está, con una dedicada asistencia y apoyo por el costado familiar. El Rey Felipe es su mayor referente -el único, por lo visto-, y se ve reflejado en su hija al entender el proceso por el que atraviesa, así que guiarla es esencial.

La Reina Letizia por su parte, ha logrado establecer estrechos vínculos de confianza con la joven royal que afianzan más aún su vínculo materno filial. En la Soberana, la Princesa Leonor encuentra a una exigente tutora, pero también a la persona en quien más confía y se apoya. Por su puesto, la Infanta Sofía es su fiel escudera. Junto a ella se siente acompañada y tranquila. Es su hermana menor a penas por un año y medio de diferencia, pero sin amigas, confidentes ye inseparables.

Este es el núcleo que rodea a la heredera y que le permite sobrellevar sus funciones con mayor  comprensión y apoyo del que tuvo su padre a la misma edad. Es por ello que en el ánimo de no repetir los errores familiares del pasado, los esfuerzos por equilibrar la vida de la Princesa Leonor garantizando una vida "normalizada" dentro de lo posible, pero bajo la consciencia de lo que deberá encarar a futuro, ha sido una fórmula exitosa que no le ha reportado mayores dificultades que reportar.