Lola Flores, el gran as bajo la manga que conquistó a sus mejores amigas

El próximo 21 de enero Lola Flores hubiese cumplido 100 años de vida, una fecha más que significativa para que la coplera más legendaria de España sea recordada por todo lo alto, tanto por su familia como por los corazones de quienes siguieron su trayectoria artística, marcada por todo el brillo y también por las polémicas de siempre mostrarse con una autenticidad que supo dividir a su público en algunas ocasiones. 

Si en algo siempre tuvo razón la eterna faraona es que su nombre sería leyenda: un titular que acompañó en más de una ocasión las declaraciones más picantes que Lola Flores lanzó sin ninguna limitación frente a las cámaras de televisión. Esta personalidad tan avasallante fue el gran as bajo la manga que la coplera aplicó, y le sacó todo el provecho posible, en las situaciones más complicadas de su vida. 

Históricamente recordada por su lengua afilada, la madre de Lolita Flores nunca supo guardar silencio, menos aún en situaciones que consideraba injustas, como aquella vez en que Hacienda levantó una demanda en su contra por negarse a pagar los impuestos que le correspondían.  

Yo no tengo sustituta. Me moriré siendo Lola Flores.

A este episodio tan recordado, la soberana de la música popular española respondió a los gobernantes de turno que "los políticos que me ha hecho daño serán sustituidos" pero ella, remató "no tengo sustituta. Me moriré siendo Lola Flores", una advertencia que hasta la fecha retumba en las arcas de muchos hacedores de leyes que han pasado bajo la mesa, mientras la gran Lola Flores se mantiene en la memoria de cualquier español que ame la copla y la cultura flamenca. 

La supuesta afinidad de Lola al gobierno de esa época, más la declaración de ser "juancarlista de corazón" la mantuvieron en el ojo del huracán de los más dogmáticos en relación al papel del organismo regulador de impuestos español. 

De aquella afinidad política es conocida también una amistad muy cercana con Carmen Polo, esposa de Franco y madre de su único hijo. Frente a las cámaras de televisión, la llamada "Faraona" se dirigió a la mujer del militar como "la generalísima", un título que hizo mucha gracia al matrimonio y con el que supo ganarse para siempre su corazón, además de quedar absuelta de algunos compromisos económicos con Hacienda. 

El encantamiento de Lola Flores llegó hasta a la Casa Real, no habiendo para ella límites ni divisiones de clases ni géneros, mientras ella fuese la gran veleta que marcaba su propio destino. Una relación que es muy recordada fue la de la fallecida Duquesa de Alba con la coplera, tan íntima que hasta fue invitada al bautizo de su único hijo varón, Antonio, en 1961. 

El momento más recordado que selló su relación de manera más mediática, fue cuando la Duquesa acompañó a su amiga a recoger el premio que Antena 3 le otorgaba en reconocimiento a su exitosa trayectoria. Entre aplausos y complicidad, las mujeres festejaron y sellaron la relación íntima que mantuvieron hasta el final de los días de Lola Flores. 

Más allá de la muerte

A Lola Flores le diagnosticaron cáncer de mama en 1972, tras salir victoriosa de varios tratamientos se negó a la drástica observación médica de que le quitaran uno de sus senos, las consecuencias de su decisión llegarían dos décadas después, cuando a sus 72 años, en 1995, fallecía en su residencia "El Lerele". A su trágica muerte se le sumó la de su hijo Antonio, hallado sin vida en la misma casa, 14 días después. Un año que marcó la vida de todo el clan Flores.