Tamara Falcó e Íñigo Onieva
La reacción de Alfonso Arús ante los frecuentes viajes de Tamara Falcó e Íñigo Onieva
Demasiado tiempo libre.
En una luna de miel que parece eterna, Tamara Falcó e Íñigo Onieva han disfrutado de una escapada por París y esto ha provocado la reacción de Alfonso Arús, que durante la emisión de “Aruseros” (LaSexta) se ha preguntado sobre el día a día de la pareja más mediática de todas.
Convertidos en marido y mujer desde el 8 de julio pasado, luego de una fastuosa boda celebrada en la finca El Rincón, de Madrid, Tamara Falcó e Íñigo Onieva se la han pasado, desde ese momento, de viaje en viaje.
De hecho, la verdadera luna de miel duró casi 45 días y los llevó por diferentes puntos del planeta. Pero ya de regreso en España, también se han tomado algunas licencias, primero para viajar hasta Roma, con Alejandra Onieva y Carolina Molas, hermana y madre de Íñigo Onieva.
Luego, la Marquesa de Griñón y su flamante esposo disfrutaron de unos cuantos atardeceres den Ibiza y, ahora, de la buena gastronomía y de las caminatas por las calles de la romántica París.
Esto ha provocado que Alfonso Arús lleve hasta el plató de “Aruseros” el particular estilo de vida de la pareja, que ultima detalles para mudarse al piso que la hija de Isabel Preysler se compró hace más de dos años, muy cerca de Puerta de Hierro, en Madrid.
Así reaccionó Alfonso Arús ante los constantes viajes de Tamara Falcó e Íñigo Onieva
"¿Otra vez de viaje están Tamara Falcó y su chico?", se ha preguntado el presentador de “Aruseros” con mucha sorpresa, ya que enumerando los viajes de Tamara Falcó e Íñigo Onieva llegó a la conclusión de que no queda cartera que pueda asimilarlos.
Fue entonces que Alfonso Arús le consultó a sus colaboradoras a cerca de “¿cuándo trabaja este hombre y de qué?”, al tiempo de que alimentaba la hipótesis de que Íñigo Onieva es "el impulsor de una nueva forma de trabajar".
"Existe el trabajo presencial, está el teletrabajo y, ahora, el 'viajetrabajo', que consiste en llevarse un ordenador y visitar el mundo", concluyó Alfonso Arús, ante la mirada con cierta picardía de sus compañeras de plató.
