Un ‘sí, quiero’ que quedó en silencio: la inesperada decisión del torero Juan Ortega

Jerez de la Frontera, ese rincón andaluz donde el vino es tan fino como sus tradiciones, se convirtió este sábado en el escenario de una historia que parecía sacada de una novela de García Márquez. La ciudad se engalanó para celebrar la unión de dos de sus hijos más queridos: Juan Ortega Pardo y su pareja. 

La cita era a las 12:00 del mediodía, pero la expectación era tal que desde primeras horas de la mañana los 500 invitados comenzaron a congregarse como si de un festival se tratase. La preboda, celebrada días antes, había sido solo un aperitivo de lo que prometía ser el evento del año.

Pero como en todo buen drama, el giro inesperado no se hizo esperar. A las 11, cuando el sol aún no decidía si calentar o no, un móvil sonó con la urgencia de una cornada. Carmen, en su hotel, se encontraba frente al espejo, ajustando los últimos detalles de su vestido, ese que había sido soñado y confeccionado para robar suspiros y enmarcar un ‘sí, quiero’ histórico. La llamada, sin embargo, traía noticias de otro tipo: el torero, el hombre del momento, había decidido cancelar la boda.

Los motivos, según el medio ABC, son tan difusos como el humo de un cigarro en una tarde de verano. “Problemas personales”, dicen que dijo, una frase tan amplia como vacía, que ha dejado más preguntas que respuestas. Los familiares, por su parte, oscilan entre la incredulidad y la consternación. Los de Carmen, sin palabras; los de Juan, aseguran que está afectado, aunque eso no aclara el misterio.

Y así, mientras Jerez se vestía de gala, el amor se desvestía de promesas. La iglesia de Santiago, testigo mudo de tantas historias, hoy suma una más a su legado. Una historia de amor que, como el mejor de los vinos, quedará para ser contada, degustada y, quizás, entendida con el tiempo.