MANUEL DÍAZ EL CORDOBÉS
Todo lo que Manuel Díaz “El Cordobés” tuvo que hacer para estar junto a su padre
El diestro se muestra a pleno.La vida de Manuel Díaz “El Cordobés” (54 años) no fue nada simple. Reconoce que su infancia a nivel económico no fue buena, el cariño y el amor de su familia materna lo hicieron un niño muy feliz. Desde muy pequeño tuvo en claro que Manuel Benítez era su padre, es por ello que se propuso recuperar su identidad.
El esposo de Virginia Troconis sostiene que a lo largo de su vida tuvo un único objetivo, conseguir que Manuel Benítez lo reconociera como su heredero. Es por ello que puso en marcha un plan que lo llevaría a cometer una serie de locuras por el que sería recordado, pero que tenía un solo propósito.
Una historia que parecía no tener fin
En su pueblo natal todos rumoreaban el lazo sanguíneo que lo unía al maestro. Lo cierto es que se había convertido en un secreto que nadie quería repetir. El primer encuentro entre el padre de Alba Díaz y Benítez se dio en la escuela de tauromaquia en un homenaje al comentarista Matías Prats. Allí fue un autógrafo lo que los unió y sembró la esperanza en Manuel de conseguir que su padre lo reconociera como primogénito.
Este no fue el único episodio en el que padre e hijo coincidieron. No podemos dejar de lado cuando el torero, al igual que su progenitor, saltó de espontáneo en una de las corridas de Benítez, llamando no solo la atención del maestro sino también la del público, quienes se mostraron sorprendidos por semejante actitud.
El paso del tiempo los llevó a enfrentarse en varias oportunidades, lo cierto es que al día de la fecha Manuel Díaz “El Cordobés” vive a pleno su relación con Manuel Benítez y lo refleja en su última publicación, donde se lo puede ver completamente feliz junto a su padre.
Manuel Díaz “El Cordobés” cierra el gran capítulo de su vida
Si bien desde hace tiempo mantiene un vínculo telefónico con su padre, Manuel Díaz “El Cordobés” pone punto final a este largo camino que le costó muchas penas. Hoy decide concentrarse en lo más preciado que tiene en sus manos, la familia.