La furia de Froilán por aquello que no pudo conseguir, la Infanta Elena dice basta

Las cosas no le estarían saliendo como las había planeado y, por eso, Froilán habría vuelto a la carga, para convencer a la Infanta Elena de que su lugar en el mundo es Madrid y no Abu Dabi, en donde está radicado desde enero, después de una serie de polémicas que colmaron la paciencia de su madre. 

Aunque en este último tiempo la Infanta Elena se ha mostrado mucho más cercana a los medios y a los periodistas, a los que les comenta lo bien que le está yendo a Froilán en los Emiratos Árabes, parte de sus dichos no serían del todo cierto sino más bien se trataría de un intento de instalar la versión de que todo marcha viento en popa.

Hace unas semanas, Paloma Barrientos, colaboradora de "Fiesta" (Telecinco) había contado una breve charla que había mantenido con la hija del Rey Juan Carlos, en donde esta le manifestaba que su hijo, Froilán, tiene un "corazón de oro" y que estaba muy compenetrado con sus labores, en una empresa privada, que no sería la petrolera, como mencionaron los medios en el país. 

Pero al parecer, el sobrino del Rey Felipe se estaría sintiendo incómodo en el paraíso de Oriente, en donde todo parece indicar que no encaja y no consigue armarse de un grupo de amigos, a pesar de la cantidad de españoles que viven allí, aprovechando las bondades que ofrece el lugar. 

El pedido concreto de Froilán a su madre es para que lo deje regresar a España, que ya habría aprendido la lección y que no volverá a cometer los mismos errores del pasado.

Sin embargo, la Infanta Elena no estaría convencida ya que, según cuentan, el hijo mayor de su matrimonio con Jaime de Marichalar está convencido de que es presa de un complot mediático y que su comportamiento es el mismo que tendría alguien de su edad.

El detalle que minimiza Froilán es que, al ser el cuarto en la línea de sucesión, desde la Zarzuela quieren que sus movimientos sean acordes a lo que se espera de alguien tan encumbrado dentro de la Familia Real, algo que, por lo visto, no estaría muy dispuesto a complacer.