La Familia Real (o lo que queda de ella) volvió a reunirse y fue en Aravaca, para celebrar la Confirmación de la Infanta Sofía. Allí se vivieron otra vez escenas de tensión entre la Reina Letizia y la Reina Sofía, en un episodio que trajo a la memoria el famoso rifirrafe de Palmas.

Pese a que se había anunciado que, por las dimensiones de la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Aravaca, cada alumno del colegio Santa María de los Rosales iba a ser acompañado por un reducido grupo de familiares, a la Infanta Sofía la esperaban ansiosos sus abuelos maternos, Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz, quien llegó junto a su actual pareja, Ana Togores. 

Tampoco podía faltar la Reina Sofía, única representante de los Borbón que tiene todavía su espacio dentro de la Familia Real y que está íntimamente relacionado con la religión, algo que no sucede con la familia de su nuera, la Reina Letizia. 

Precisamente la Reina Sofía y la Reina Letizia protagonizaron las escenas de máxima tensión del encuentro religioso, que tenía como fin último la Confirmación de la hija más pequeña del Rey Felipe, quien no estuvo ajeno, pero esta vez no tuvo que intervenir para pacificar a su madre y a su esposa.

¿Qué pasó entre la Reina Letizia y la Reina Sofía en la Confirmación de la Infanta Sofía?

Apenas habían pasado las 12:30 horas cuando el Rey Felipe, la Reina Letizia, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía llegaron hasta la parroquia en Aravaca. Ahí ya esperaban las abuelas, ávidas por reencontrarse con sus nietas. 

Fue así como la Princesa de Asturias aceleró el paso para saludarlas y, además, invitarlas a posar para una foto, en las afueras del templo. 

En ese momento, la Reina Letizia tomó del brazo a la Princesa Leonor, que llevaba cogida a la Reina Sofía. Ese freno no pasó desapercibido por los paparazis, que inmortalizaron la escena, la cual por un momento pareció similar a la registrada hace poco más de cuatro años, también en las escalinatas de un templo. 

El recordado rifirrafe de Palma, durante las Pascuas de 2018, rozó el escándalo y tuvo repercusión en los medios de prensa nacionales e internacionales. Incluso, le valieron a la Reina Letizia la reprimenda y, posterior distanciamiento, con Marie Chantal, de Grecia. 

Pero por suerte nada de eso sucedió en Aravaca ya que, al parecer, toda la Familia Real sufrió un enredo con el protocolo y, después de ubicarse todos en sus posiciones, pudieron posar junto a la Infanta de España, el centro de toda la movilización. 

Todo esto quedó de manifiesto después de la ceremonia, cuando se vio salir del brazo a la Reina Letizia, junto a la Reina Sofía y a Paloma Rocasolano, compartiendo escenas de complicidad que echaron por tierra cualquier tipo de especulaciones sobre un nuevo cortocircuito entre las dos mujeres más fuertes de Zarzuela.