Personal de la Zarzuela revelan el comportamiento de la Reina Letizia y Reina Sofía puertas adentro

Durante la Confirmación de la Infanta Sofía el pasado 25 de mayo, la Familia Real ha tratado de demostrar su unidad. Al menos eso es lo que la Reina Sofía y la Reina Letizia han intentado mostrar con una sonrisa en sus rostros en todo momento, incluso cuando la situación no lo ameritaba.

Sin embargo, hay ciertos aspectos que no se pueden disimular, y la Reina Letizia ha dejado muestras de esto. Durante la sesión de fotos del evento, la esposa del Rey Felipe ha demostrado su astucia para evitar que Sofía de Grecia y la Princesa Leonor fueran fotografiadas juntas, a pesar de que la abuela y la nieta estuvieron abrazadas constantemente.

La Reina Letizia y la Reina Sofía son como el agua y el aceite, tanto es así que la madre del Rey Felipe no ha dudado en confirmarlo a los medios de comunicación hace algunos años para poner fin, de alguna manera, a la polémica que rodeaba a la Zarzuela: "Soy muy diferente. Somos dos España completamente diferentes. Dos formas distintas de hacer las cosas. No hay una única manera".

Sin embargo, según fuentes oficiales del palacio, la Monarca y la Reina Emérita no serían tan diferentes como ellas creen, ya que son "exigentes, rigurosas, temperamentales e inflexibles", aspectos de sus personalidades que de alguna manera las han llevado donde están hoy. Pero, según antiguos empleados de la Zarzuela, hay un detalle: la Reina Sofía no tiene comparación.

A diferencia de lo que aparentan, se dice que la Reina Sofía sería mucho más exigente con el personal de servicio que la rodea, y precisamente esas actitudes han terminado por irritar a la Reina Letizia. "La Reina no acepta consejos y nunca se queja. Pero es inflexible con el servicio. Si ve que una prenda no está bien planchada, no dice nada, simplemente la tira al suelo", ha asegurado Pilar Eyre en su blog de la revista "Lecturas".

Pero como ya se sabe, un gesto vale más que mil palabras. La periodista especializada en la Casa Real ha revelado que las palabras de la Reina Sofía no eran tan fuertes como sus gestos: "Si le dabas un tirón sin querer, no decía nada, pero su mirada... buf, su mirada".