PRÍNCIPE ENRIQUE
Todas las humillaciones al Príncipe Enrique en la coronación de su padre el Rey Carlos
Los momentos más tensos.La presencia del Príncipe Enrique en la coronación del Rey Carlos había generado mucha expectativa en las semanas previas, sobre todo por el lugar que iba a ocupar, siendo uno de los pocos miembros de la Familia Real británica que no iba a tener un rol preponderante en la ceremonia. Pero lo que el Duque de Sussex nunca imaginó es la cantidad de humillaciones que iba a tener que soportar durante su estadía en Londres.
Alejado de "la Firma" desde que se fue a los Estados Unidos con su esposa Meghan Markle y sus dos hijos, el Príncipe Enrique mantiene una tensa relación con la institución, que se agravó después de la entrevista que concedió a Oprah Winfrey, que luego sumó más discordia con la serie de Netflix "Harry & Meghan" y terminó por estropearlo todo con "Spare" ("En la sombra"), su biografía publicada en enero.
Con estos antecedentes, era esperado que el Duque de Sussex cumpla un papel secundario en el evento, pero nadie imaginaba que lo iban a situar en la tercera fila, dentro de la abadía de Westminster, el epicentro de los momentos más memorables de la coronación del Rey Carlos y de la Reina Camilla.
Después de saludar a las personas que habían salido hasta las calles de Londres, el Príncipe Enrique compartió ubicación con su tío, el Príncipe Andrés, y su prima, Beatrice de York, con los que mantuvo amistosas charlas hasta el inicio de la coronación del Rey Carlos. Segundos antes, su tía, la Princesa Ana, lo saludó y se sentó delante de él, en una maniobra de organización que pareció estar orquestada para humillarlo un poco más.
Sucede que la Princesa Ana, encargada de la seguridad personal del Rey Carlos, llegó vestida con su uniforme militar, compuesto por un sombrero que en la punta tenía una pronunciada pluma roja, que ha incomodado aún más al hijo menor del Monarca, que en más de una oportunidad debió torcer su cabeza para poder seguir de cerca la ceremonia, tal como se pudo ver en la transmisión oficial de la BBC.
La última estocada llegó con la foto de la Familia Real a pleno en el balcón de la abadía de Westminster, en donde no hubo lugar para el Príncipe Enrique ni para el Príncipe Andrés, los dos que quedaron afuera de la institución y del momento cúlmine de la ceremonia.
Fue tanta la incomodidad que padeció el Príncipe Enrique que ni siquiera se quedó para compartir junto al resto del menú de la coronación. Inmediatamente se fue hasta el aeropuerto para tomar un vuelo de regreso a Los Ángeles y, gracias a la diferencia horaria, llegó a tiempo para reunirse con su esposa, Meghan Markle, que había organizado la fiesta de cumpleaños de Archi, su hijo mayor.