El criticado poco “timing” de Ana Rosa Quintana festejando el día del final de “Sálvame”

El programa "Sálvame" llegó a su fin este viernes 23 de junio a las 17.00 horas, marcando el entierro de uno de los programas más exitosos en la historia de Mediaset. La nueva dirección del grupo audiovisual ha decidido darle las riendas a Ana Rosa Quintana, quien se encargará de las tardes sin abandonar las mañanas. Tendrá el control total.

Según informa El Nacional, este movimiento aspira a ser la salvación de una cadena en declive. El exceso de presencia de la presentadora podría volverse en contra de Alejandro Salem, el verdadero líder de la empresa televisiva. Los números hasta ahora son evidentes: desde que se anunció la cancelación del programa de Jorge Javier Vázquez, las audiencias han aumentado y han recuperado el liderazgo. 

Sin embargo, el culebrón protagonizado por Lydia Bosch ha afectado a La Fábrica de la Tele, perdiendo una hora de programación y alcanzando una media de audiencia irrelevante, un 8%. Es un claro aviso de que en septiembre podrían enfrentar una caída drástica.

Por su parte, Ana Rosa Quintana está perdiendo a sus tertulianas estrella, quienes están abandonando el programa y dirigiéndose a Antena 3. Primero fue Beatriz Cortázar, y ahora se suman dos nombres más: Cruz Morcillo, especialista en sucesos, y Paloma García Pelayo, una figura icónica del corazón en "El programa de Ana Rosa". 

Estas despedidas del programa de la periodista han generado conflictos y mal ambiente en las altas esferas de Mediaset, ya que no se esperaban estas salidas. De acuerdo al citado medio, las represalias comienzan a manifestarse, ya que Ana Rosa Quintana ha decidido vetarlas y no quiere verlas en su programa. Han sido excluidas.

El veto habría comenzado el viernes a la noche en casa de Ana Rosa Quintana, donde no habrían sido bienvenidas. La presentadora ha dejado en claro su indiferencia y su mal humor, organizando una fiesta en su hogar justo el día en que se emitía el último programa de "Sálvame". 

La publicación de Informalia indica que el evento en la casa de Ana Rosa Quintana es una tradición para celebrar el santo de su esposo Juan Muñoz, pero es evidente que ofrecer una copa a sus colaboradores y jefes, como Salem o Borja Prado, no es una reunión íntima ni familiar, es trabajo. Y hacerlo el día del final de ‘Sálvame’ puede ser muy criticado.