El tiempo pasa y la situación es la misma: Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina continúan casados. Esto avivó los rumores de una posible crisis entre el exdeportista y Ainhoa Armentia, su actual pareja, que se fue de vacaciones con sus amigos, lejos de su media naranja. 

Las promesas de Iñaki Urdangarin no se cumplieron y, al parecer, esto habría ocasionado algunos cortocircuitos con Ainhoa Armentia, que a más de un mes de cumplidos los plazos, el divorcio no avanza. 

En un principio se dijo que Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina debían esperar hasta el 6 de junio, fecha en la que Irene Urdangarin cumpliría los 18 años, requisito necesario para que la separación se tramite ante un notario y no caiga en un juzgado. 

Pero nada de eso ha sucedido aún, lo que podría haber ocasionado cierto distanciamiento entre el exDuque de Palma y la abogada vitoriana, que no habría quedado conforme después del regreso de su novio desde Ginebra, en donde se suponía que iba a limar los últimos detalles de un jugoso acuerdo.

¿Hay un plan maestro de la Infanta Cristina para entorpecer la pareja entre Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia?

Desde el sitio El Nacional sostienen que tres de los cuatro hijos de los exDuques de Palma quieren alejar a Ainhoa Armentia de su padre y estarían dispuestos a ayudar a su madre para dilatar el proceso de divorcio.

El único que no tiene intenciones en entrometerse en los planes de su padre es, obviamente, Pablo Urdangarin, que siempre se ha mostrado más abierto y complaciente con su mentor deportivo. 

Otra de las hipótesis que se tejieron, después de que la revista Semana lanzara la bomba del distanciamiento entre el exjugador de balonmano y Ainhoa Armentia, es que decidieron tomar una distancia, al menos en público, para no perjudicar el contrato que les aseguraría el futuro económico.

Hace unos meses, los medios filtraron que Iñaki Urdangarin estaría por detrás de una indemnización de 2 millones de euros, algunas propiedades en la costa francesa, una mensualidad de 25 mil euros y seguridad las 24 horas, un acuerdo por demás beneficioso que no estaría dispuesto a echar a perder por el solo hecho de cabrear a la Infanta Cristina.