A la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva parece no haberle faltado nada. O puede haberle faltado de todo, si nos regimos por la mirada de Pilar Eyre, que develó secretos de lo acontecido el fin de semana en el evento del año, en el Palacio El Rincón. Como solo ella acostumbra a hacerlo, la periodista no se guardó nada y, con mucho sarcasmo, desmenuzó la fiesta más mediatizada del año.

Como a la cobertura exclusiva de la boda, la Marquesa de Griñón, se la había vendido por una millonaria suma de dinero a la revista ¡HOLA!, los casi 400 invitados debieron dejar sus móviles para que no se filtrara nada. Había toda una edición esperando para salir a la calle y recoger parte de la montaña de euros que ha movido el casamiento.

Pero para Pilar Eyre, hubo cosas que no cuadraron, en medio de una organización que demandó meses, un escándalo con Sophie et Voilà, los viajes a Nueva York para confeccionar otro vestido (como si en España no hubiese alta costura) y los rumores de otra infidelidad (más) de Íñigo Onieva.

Sin la aparente posibilidad de ingresar al salón de fiestas de Aldea del Fresno, la periodista se las ingenió para recopilar información y despacharse, sin más, en un reportaje en el que no se guarda nada.

El descarnado relato de Pilar Eyre sobre la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva

"Caos, destrucción, fuego. Estas eran las alarmantes noticias que llegaban de las tripas de la boda, del interior de la finca El Rincón, como si todas las fuerzas del universo se hubieran conjurado para detener este casamiento, sentenciado desde el minuto cero como dicen los cursis", comenzó su texto Pilar Eyre.

En su análisis, la experimentada redactora comentó también que "los días previos ya habían sido una locura: que si el traje de boda iba colocado en una butaca bisnes como si fuera un difunto con rigor mortis y un pasajero despistado se había sentado encima, que si había enfrentamientos entre las dos consuegras... Para contrarrestar todas estas insidias, de la parte de la novia empezaron a filtrar que la boda tendría el empaque de un enlace real…". 

Sin embargo, no todo lo que parecía brillar, era realmente oro, como había planificado los tórtolos, que finalmente dieron el sí, aunque no precisamente rodeados por las estrellas del firmamento.

"La verdad es que no hubo invitados de auténtico relumbrón, fuera de la encantadora Eugenia Martínez de Irujo y los acompañantes de Tamara en sus aventuras televisivas. Pero ¿Dónde estaban esas jóvenes aristócratas que vemos en las bodas sevillanas? ¿Dónde esa Naty y esa Agatha? Del mundo de la cultura, apeado Vargas Llosa de la familia y distanciado el estupendo Boris Izaguirre, no acudió nadie", castigó Pilar Eyre, que se ha mofado de que, en realidad, hubo apenas purpurina.

La socialité y el empresario supieron cómo aprovechar la mediatización de la pareja y lograron que los dos canales privados más importantes del país estuvieran pendientes de todo lo que acontecía en las afueras de Madrid. 

Como si eso fuese poco, la edición de la revista ¡HOLA! no solo se agotó rápidamente, sino que en simultáneo fue víctima de un acto de piratería, que repartió la versión en PDF por miles de cuentas de WhatsApp, algo que le ha generado grandes pérdidas a la editorial.