Si hay algo que el Rey Felipe y la Reina Letizia han intentado siempre es de dar una imagen de Familia Real unida y consolidada, en la que además de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, apenas encaja la Reina Sofía. En su última semana en Mallorca, los Borbón se entregaron a la “Barbiemanía” y asistieron a una sala de cine provocando revuelo, ya que nadie los esperaba. Evidenciando buena sintonía entre todos, la prensa puso el foco en la Consorte y en la Emérita, que protagonizaron escenas de complicidad que, para muchos, fue una puesta en escena para los paparazzis.

La relación entre la Reina Letizia y la Reina Sofía quedó en el centro de la escena después de la Semana Santa de 2018, cuando en la catedral de Palma protagonizaron un rifirrafe de consecuencias insospechadas.

En esa oportunidad, delante del Rey Felipe y del Rey Juan Carlos, la Reina Consorte evitó una foto de sus hijas con la Emérita y hasta le quitó un beso de la frente a la Princesa Leonor, que le había dejado su abuela.

Desde aquel momento, tanto la Reina Letizia como la Reina Sofía se han mostrado más cercanas, en una estrategia para acallar los murmullos, que las persiguen hasta ahora. En el camino, las dos parecen haber dejado atrás el mal momento vivido en Palma, aunque cada vez se ven y se muestran con menos frecuencia en público.

La Reina Letizia y la Reina Sofía ¿Tienen buen rollo?

Si nos situamos en las imágenes ofrecidas el jueves pasado, podemos resumir que todo parece haber sido superado y que entre las dos Reinas hay buen rollo, algo que no todos se terminan de creer. Pese a los esfuerzos.

Nadie puede negar que se pudo ver a la Reina Letizia sonreírle, en más de una oportunidad a su suegra, que en muchos pasajes fue acompañada por la Infanta Sofía, que la tomaba del brazo izquierdo.

Estos gestos, que fueron recíprocos, quedaron aún más de manifiesto cuando se descubrió que la Reina Sofía llevaba un bolso que la Doña Letizia había estrenado horas antes, en el posado familiar en los Jardines de Alfabia. Es más, a la costumbre de compartir vestimentas y bolsos, la Reina Letizia apenas lo había hecho antes con sus hijas. Todo una señal. 

Pese a que a muchos les cueste comprenderlo, las dos mujeres más influyentes del Rey Felipe parecen haber hecho las paces o, simplemente, se decidieron por la institucionalidad, antes que nada.