Con el ingreso de la Princesa Leonor en las academias militares y la partida de la Infanta Sofía al internado de Gales, en la Zarzuela se vive con mucha emotividad el inicio de una nueva etapa para la Familia Real, que no estará demasiado ajena de las sensaciones por las que atraviesa cualquiera que regresa a casa y descubre que, de repente, los hijos se han ido. Por esa senda comenzará a transitar esta semana la Reina Letizia, que tendrá que lidiar con lo que se conoce como "síndrome del nido vacío". 

Aunque es posible que los Reyes de España vengan preparándose desde hace tiempo, lo concreto es que ahora se hará real, valga la redundancia. Es que después de 17 años, ya nadie correteará por los pasillos, ni traerá amigos, ni los acompañará en la cena, situaciones cotidianas que a partir de ahora se convertirán en excepcionales.

¿Qué es el "síndrome del nido vacío" al que se enfrentan el Rey Felipe y la Reina Letizia?

Se conoce como "síndrome del nido vacío" a un proceso de duelo que experimentan padres cuando los hijos se marchan del hogar. Si bien no les sucede a todos, esta separación no deseada se hace compleja para muchos, que terminan necesitando ayuda profesional.

En la mayoría de los casos diagnosticados como “síndrome del nido vacío” tienen patrones similares, con padres que terminan olvidándose de sí mismos y se aferran al cuidado abnegado de un niño como proyecto de vida.

Claro, sin advertir en ningún momento, que los hijos van a crecer y se marcharán de casa, para iniciar su camino hacia la adultez y construir una vida una propia.

Este cúmulo de emociones y pensamientos se desencadenan debido a la ausencia del hijo (o hijas, en este caso particular) y, para muchos padres, suele ser un proceso corto y transitorio. Pero hay también a quienes les cuesta superarlo.

En el caso de la Consorte, todos suponemos que ya habrá trazado previamente una serie de medidas para poder controlar esa sensación de soledad que se disipará por los rincones del Palacio, acostumbrados desde hace años al tránsito incesante de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía.

Si tomamos como media un informe publicado por el diario El País, las hijas de Doña Letizia y Don Felipe estarían rompiendo el molde español, en donde alrededor de un 64% de hijos, de entre 25 y 29 años, aún viven con sus padres. En esos casos la razón principal es la falta de estabilidad económica, algo que jamás padecerán ni la Princesa de Asturias ni su hermana menor.

Por cuestiones culturales, el “síndrome del nido vacío” ha sido padecido, mayormente, por las madres más que por los padres. Ocurre que han sido las mujeres quienes han establecido, con el cuerpo y sus almas, el cuidado de sus hijos, renunciando a sus estudios, trabajos y, en muchos casos, a sus sueños.

Una de las razones por las que las personas experimentan el “síndrome del nido vacío” es porque intentan llenar con sus hijos algunas carencias afectivas. Ese vacío es parte del ciclo del duelo ante el apego.

Algunos especialistas interpretan el “síndrome del nido vacío” como una inversión emocional en los hijos y detallan que algunos padres sienten que perdieron el sentido de la vida, algo que genera un estado de constante aburrimiento y que los empuja a sentir ansiedad constantemente.

Todo esto repercute en el cuerpo, con malestares de cabeza que no tienen una lógica médica, hasta las sensaciones que generan los estados de pánico. Por eso siempre será recomendable consultar con un profesional de la salud mental, puesto que no es el fin del mundo y la vida, de los hijos, recién comienza.