Ausencias que marcan
Alberto de Mónaco viaja con la mejor compañía tras la última y sorpresiva intervención de Charlene
El Príncipe no deja de lado sus obligaciones ni para cuidar de su esposa.
El inesperado ingreso de la esposa de Alberto de Mónaco, Charlene, a causa de una infección que sufre desde hace un tiempo, obligó a la Princesa a ser intervenida de urgencia la semana pasada luego de sufrir un colapso por este padecimiento.
Charlene recibió la visita de Alberto de Mónaco y sus dos hijos, pero no por mucho tiempo, ya que el Aristócrata debía continuar con sus actividades y los niños tenían que regresar al colegio. Esto generó que se acrecentaran los rumores de una separación entre los Príncipes, aunque a la vez se pensó que podría haber un acercamiento.
Si bien ni Alberto de Mónaco ni Charlene han querido dar declaraciones al respecto, él debe cumplir con sus obligaciones, por lo que decidió que lo mejor era viajar sin su esposa y con sus hijos, con quienes visitó Irlanda durante tres días.
Este vuelo se realizó con la intención de afianzar los enlaces entre los países, por lo que Alberto de Mónaco y sus pequeños fueron hasta el Trinity College de Dublín, el primer viaje que realizan tras el ingreso hospitalario de Charlene.
El Príncipe de 63 años tuvo un gran gesto para con este centro educativo: donó un millón de euros para que puedan restaurar las instalaciones de la Antigua Biblioteca luego de contemplar su nombre y el de Charlene en un friso de una de las paredes de este establecimiento.
Y es que en este lugar hay verdaderos tesoros literarios que Alberto de Mónaco pretende preservar, como el Libro de Kells, un manuscrito ilustrado realizado por monjes celtas alrededor del año 800 en Kells, un pueblo de Irlanda.
Un honor forma parte de este ambicioso programa para preservar un edificio que data del siglo XVIII y poder crear un entorno de conservación sostenible para las joyas extraordinarias que posee.
Este viaje se realizó en conmemoración de los 60 años del viaje de Estado que la progenitora de Alberto de Mónaco, Grace Kelly, y su padre, Raniero, realizaron a Irlanda en 1961, y qué mejor que llevar a Jacques y Gabriella, sus descendientes, a conocer la tierra natal de su abuela.
Es un gran placer para mí seguir los pasos de mi madre, que tenía un profundo afecto por esta tierra.
