Un artista de la altura de Raphael merecía un amor acorde. Es imposible imaginar a un hombre que le ha cantado al romance toda su vida sin una mujer que lo acompañe y, afortunadamente, Natalia Figueroa cumple muy bien ese rol. Parecen estar predestinados a la vida en conjunto y esa es la razón por la que son vistos como una de las parejas más estables del panorama social español.

Si hay algo que caracteriza al cantante y a su esposa es el interés de ambos por mantener sus vidas privadas al resguardo de los curiosos. Los dos son plenamente conscientes del interés que generan en el público, pero no quieren renunciar a la paz en la que viven gracias a no haber vendido nunca lo que les sucede puertas adentro. Esa es una premisa que mantienen desde que se conocieron.

El portal “Vanitatis” ha accedido a un material espectacular con la ayuda de Natalia Figueroa. La aristócrata, muy amablemente, les ha mostrado su álbum de bodas y ha hablado sobre sus recuerdos de aquel día, que quizás fue el más especial de su vida. Esta vez hizo una pequeña excepción en su intento de que nadie conozca su vida privada y, por supuesto, la figura de su marido no pudo quedar al margen.

Natalia Figueroa y Raphael no pudieron cumplir uno de los sueños que tenían para su boda

Ante el citado medio, Natalia Figueroa desveló que su idea con Raphael era que en el casamiento no hubiera prensa, pero finalmente los reporteros se anoticiaron del evento y fueron parte. Para lograr el objetivo los novios se casaron en Venecia y les dijeron la locación a los invitados solo unos días antes de la cita, con la intención de minimizar las posibilidades de que se filtrara la información.

Nos resignamos, posamos para ellos y se les permitió entrar en la ceremonia.

 Al ver que la prensa se agolpaba en la capilla en la que Natalia Figueroa y el intérprete de “Qué sabe nadie” se casarían, ambos respiraron profundo y se adaptaron. Claro, el plan no les saldría como tenían previsto, pero tampoco se amargarían ni montarían un escándalo. Fueron tan cordiales que les permitieron a los periodistas entrar, pero no hicieron ninguna exclusiva ni dieron entrevistas. La prensa tuvo sus fotografías y la pareja una boda diferente a la que habían planeado, pero que de todos modos los hizo felices.

Conseguimos lo que queríamos: una ceremonia preciosa, seria y en calma.

El ruiseñor de Linares

Raphael ha conseguido lo que muy pocos: ser profeta en su propia tierra. El mundo entero lo adora y lo ovaciona cada vez que se sube a un escenario, pero “hijo predilecto de Andalucía” es el título honorífico más importante para el artista.