La mañana del martes amaneció más ensombrecida que de costumbre, fundamentalmente para los amantes de la buena música. Pablo Milanés falleció durante la noche del lunes, y nuevamente está en el aire la sensación de que los grandes valores de la cultura popular comienzan a desaparecer, producto del lógico paso del tiempo. Llevaba más de una semana ingresado en una clínica madrileña.

El poeta de origen cubano es reconocido a nivel internacional como uno de los principales artífices de la Nueva Trova, un movimiento musical que surgió luego de la revolución cubana y que representa en su cancionero el ideal de las demandas sociales y políticas del momento. Silvio Rodríguez y Noel Nicola son otros de los referentes de la época.

“Yolanda” es uno de los mayores éxitos del artista. Más de 40 discos son los que lanzó durante su carrera, durante la que ganó el Premio Nacional de Música de Cuba, un Grammy Latino a la excelencia musical y muchos otros reconocimientos. El legado que deja es enorme, no solo para su país de origen, sino para toda una generación de latinos que no olvidarán su espectacular talento interpretativo, su voz y sus inconfundibles letras.

Las condiciones en las que partió Pablo Milanés

Según informó “La Sexta”, Pablo Milanés fue ingresado en Madrid el pasado 12 de noviembre, producto de una serie de infecciones recurrentes que lo venían afectando bastante. Eso es lo que se comunicó oficialmente desde su oficina artística y, desde entonces, no volvió a hacer vida normal. Esos problemas eran consecuencia de un cuadro oncológico previo que obligó al cantante a instalarse en España para recibir tratamiento.

Los problemas de salud del cubano lo obligaron a pausar una seguidilla de conciertos que tenía previstos para realizar en Pamplona, México y Santo Domingo, de modo que son varios los países que se quedaron con ganas de un concierto de despedida de su parte. Las redes sociales se han hecho eco de la noticia y ya son varios los artistas internacionales que han manifestado su pesar ante tamaña pérdida.

Una vida poco convencional

Pablo Milanés fue obligado a realizar trabajo forzoso en lo que él mismo llamó “un campo de concentración estalinista”. Es un icono de la canción de protesta de su país.