En breve se cumplirá un año desde que Jaime Ostos falleció del modo más sorprendente. Y es que, mientras estaba de vacaciones en Colombia con María Ángeles Grajal, sufrió un ictus irreversible. El consuelo del que se habló por aquel entonces y que se mantiene vigente tiene que ver con que, efectivamente, partió siendo feliz, en paz y rodeado de sus grandes amores. No obstante, eso no quiere decir que haya resultado fácil adaptarse a su ausencia.

Sin lugar a dudas, María Ángeles Grajal es quien más está sufriendo la partida de Jaime Ostos y la razón es clara: es ella quien compartía con él la vida. Llevaban muchos años juntos y, en innumerables oportunidades, ambos manifestaron que la presencia del otro era todo lo que necesitaban para ser felices. Luego de un amor así, de uno que se terminó no por voluntad propia, definitivamente, la vida se pone cuesta arriba.

Pero, más allá de lo anterior, lo cierto es que María Ángeles Grajal no solo siente angustia por la partida de su gran amor. Y es que, luego de su fallecimiento, ella y la familia decidieron poner en venta la casa familiar ubicada en Villaviciosa de Odón, posiblemente porque ya, sin el espada, semejante casoplón les quedaría grande. También para evitar los recuerdos e intentar salir adelante lo antes posible. Sin embargo, en esa decisión también se han encontrado con un problema.

María Ángeles Grajal, en una encrucijada de la que no puede salir por voluntad propia

Según ha informado el portal “El Español”, María Ángeles Grajal no puede vender la casa que compartió con Jaime Ostos pese a ya haber puesto en práctica diferentes maniobras para conseguir compradores. El citado medio se ha puesto en contacto con un especialista en el sector inmobiliario, quien ha dado algunas pautas de por qué la propiedad sigue en manos de sus dueños originales siendo que se trata de una auténtica casa de lujo.

El idóneo en cuestión ha manifestado que, posiblemente, la casa no se vende porque se encuentra emplazada en una urbanización de no muy fácil acceso en transporte público, sin grandes centros comerciales cerca y porque todavía están allí todos los recuerdos de Jaime Ostos. Quizás ha sido decisión de María Ángeles Grajal no tocar las pertenencias de su marido, pero ese podría ser un impedimento, ya que los potenciales clientes no logran imaginar cómo luciría el lugar con su propio estilo y sin toda la esencia del torero tan impregnada en cada rincón. La parcela tiene un total aproximado de 1200 m2, de los cuales 368 pertenecen a la casa. La misma cuenta con 3 plantas, amplio jardín con piscina, solárium, 4 dormitorios, 4 baños y hasta un departamento independiente en el sótano.